27. El diario -Mewgulf - Terminada

Capítulo diez

"11 de Diciembre.

He ido a la Universidad y el profesor Holmes me ha regañado por distraerme mirando hacia atrás. Estoy muy nervioso pues me ha mandado hacer una exposición y no sé si tendré tiempo para terminarla.

Tengo que pensar rápido, ya que me ha dado de plazo hasta el jueves 18...tan solo me queda una semana.

Pero también estoy contento pues hoy me ha pasado algo extraordinario, ya que he visto y escuchado tocar a mi príncipe. Estaba tan guapo en el escenario y tan concentrado tocando su composición... me hubiese gustado ser ese bendito teclado, el cual está hecho para que sus dedos se deslicen por sus teclas y acariciando suavemente hasta conseguir tocar la más bella de las melodías.... Es un artista.

"15 de Diciembre.

Ya sé que he estado ausente querido diario pero estos días estuve muy concentrado en las composiciones y ya casi están listas, aunque hoy quería contarte algo que me ha pasado y me moría por escribirlo.

Ayer en la noche se me ocurrió escribir una carta y metérsela en la taquilla de mi príncipe. Mi abuela me lo aconsejó y al final me decidí.

La llevé en mi mochila y cuando quise metérsela en su taquilla no la encontré, se me cayó en alguna parte.

Lo peor de todo es que me la encontré toda arrugada y media rota en una de las mesas de la cafetería cuando fui a tomar algo con mi amigo Pond.

No tengo ni idea de lo que le pasó pero imagino que alguien la encontró y la arrugó pensando que era una basura. Supongo que no cayó en la cuenta de que en ella estaba reflejado todo el amor que yo siento por mi príncipe.

Bueno... esa es otra intención fallida que demuestra la mala pata que tengo en el amor....él nunca sabrá que lo amo pues no pienso volver a escribir otra y arriesgarme de nuevo a que me suceda lo mismo.

Tras leer eso, Mew levantó su cabeza y recordó ese día.

-¡Oh mierda!.

Sus amigos, Sammy y él habían encontrado una especie de declaración en un papel perfumado, la cual olía muy bien y tras leerla se habían reído y hecho bromas sobre eso durante el tiempo que habían estado en la cafetería.

Recordó que antes de irse, él mismo lo había arrugado y dejado en la mesa como basura, entonces se sintió fatal pues se dio cuenta que él era el culpable de que el chico del diario había sufrido debido a sus bromas y mofas.

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