Esto es para ti, mi cuervo, que me diseñaste a tu imagen y tu antojo, y me hiciste así, delicado, a veces desastre y de mente rara.
Te escribo esto para que lo leas, o no. A veces los libros es mejor solamente oír sobre ellos. Oír bonito, pero oír. ¿Alguna vez te leíste las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza?
Te escribo para que puedas disfrutar un poquito más de tu vida, tu esencia. Para poder enseñarte, con historias raras, a mi imagen y voluntad, y con finales de un color oscuro. Como tú, mi cuervo, que vuelas cercano a la carroña y te acercas cuando todo ya ha muerto.
Ahora te dejo volar. Sé libre, pero aquí, dentro de estas páginas.

ESTÁS LEYENDO
El árbol de las ardillas
PoesíaUna historia sin final ni comienzo. Sin algo claro desde un principio, excepto una sola cosa: Somos historias. Y nosotros mismos forjamos nuestro camino. El árbol de las ardillas es un relato que cuenta más de una historia al mismo tiempo, que relat...