HENKO [Tk/Vk] [EDITANDO]

XLI

El sonido estruendoso de una puerta chocando fue lo que se logró escuchar en aquella oficina, siendo acompañado de la voz de una mujer que seguía a un alfa bastante furioso.

– Señor Kim, no puede pasar – dijo la secretaria, denotando el terror en su voz, viendo a su jefe ponerse de pie.

Miseok sonrió.

– Qué gusto tenerlo por aquí, Kim – dijo Miseok, moviendo la cabeza en orden a su secretaria para que saliera. Una vez quedaron solos, Miseok volteó hacia el esposo de su hijo, sonriendole descaradamente – ¿A qué se debe su tan indeseada visita? – preguntó con desgano, dejándose caer de nuevo sobre su silla.

Taehyung gruñó. Su lobo estaba molesto, él lo estaba.

Kim fue hasta aquel hombre sin siquiera vacilar ni un poco, empujando su silla y empuñando aquella misma navaja que hirió a su Omega sobre el cuello de Miseok, haciendo presión hasta que vió un poco de sangre salir.

– Tal vez no fui lo suficientemente claro cuando le dije que no lo quería ver cerca de mi Omega – murmuró Kim, su voz sonando ligeramente más grave de lo que usualmente era.

– Veo que ese Omega sucio se robó tu corazón – dijo con gracia – al punto de que dejaste a SeokJin. Quien diría que terminarías abandonando algo mejor por tomar algo de la basura.

Taehyung empujó la navaja, escuchando a Miseok sisear al cortar más a fondo su cuello.

– Lava tu maldita boca antes de hablar de mi Omega o te arrancare el maldito cuello con mis propios dientes.

Miseok cerró los ojos ante el dolor de la navaja que se encajaba cada vez más en su piel.

Miseok se rio.

– Un Omega sin valor cómo él solo te servirá para abrirte las piernas siempre que lo necesites pero en realidad... – Miseok carraspeo, sintiendo el dolor en su cuello aumentar – es un inútil porque así lo crié. Pará depender de quien sea. Para depender de mi. Porque incluso un alfa cómo tú, jamás podría protegerlo de mí.

Taehyung sintió su mano temblar, la molestia en su cuerpo creciendo y sus latidos aumentando, su lobo exigiéndole que clavara la navaja en su cuello.

Sin embargo, una llamada le hizo recobrar sus sentidos, alejándose de inmediato de Miseok, viéndolo respirar por fin.

– ¿Qué pasa? – preguntó Taehyung, escuchando la voz de Hoseok del otro lado de la línea.

– Jungkook quiere irse del hospital, dice que es una herida muy pequeña y que no necesita estar aquí... Ven a hacerlo entrar en razón ¿Sí?

– Voy saliendo, evita que salga de su habitación mientras tanto.

Taehyung colgó la llamada, volteando a ver a Miseok. Se acercó a él hasta tenerlo cara a cara y golpeó la navaja sobre su escritorio, gruñendole poco después.

– Qué sea la última vez que tú y tu esposo se meten en la vida de Jungkook. Si algo le sucede o me entero que andan merodeando cerca suyo... Voy a asesinarte.

Taehyung dio la vuelta y salió de aquella oficina, dirigiéndose a toda prisa hacia el hospital donde estaba Jungkook.