Narradora~
¿Han escuchado esa historia en la que cupido se enamora de alguien?
-¡Este es el bueno! Yo lo sé...-Dijo aquel chico con arco y flecha, unas alas blancas al igual que su cabello y su única prenda en su cintura. Estaba en la cima de un edificio viendo a un azabache con sus amigos a los lados.
Varios son cupido nadie sabe exactamente cuántos son pero esos tres son amigos, una albina de nombre Rumi y un rubio llamado Keigo.
-Touya déjalo ir, tiene mucho por vivir-Dijo el rubio tomando la mano de sus dos amigos para llevarlos a la otra parte del edificio-En cambio... El-Dio un suspiro ensoñado mientras veía a un pelirrojo saliendo de una tienda de comestibles-Es divorciado así que yo me lo puedo quedar para mí solito-Se recargo en el filo del edificio y comenzó a mover sus pies.
-¡Y su hija es!-Ahora la otra albina se dejó caer en el suelo mientras veía a una albina con mechas rojas salir detrás de su padre.
-Ella también es joven y creo que la flecharon sin querer-Dijo Touya mientras volvía al otro lado del edificio.
-Cierto... ¡Cuando encuentre a ese desgraciado!-Apreto sus puños mientras se dirigía otra vez con su amigo.
-S-Si ¡Partele su mandarina en gajos!...-Dijo nervioso Keigo. El fue, por accidente el la había flechado cuando hablaba con alguien y no tenía el valor para decirle a Rumi.
Todos empezaron a platicar mientras caminaban por los edificios y hacían su trabajo.
Touya vio de reojo a ese mismo chico de cabello negro hablar con uno castaño, ambos rieron. Touya sabía que Tenko tenía un amigo y solo uno, no había sido flechado ningúno de ellos asi que estaba tranquilo. Alcanzó a ver cómo ambos empezaban a correr agarrados de la mano, sonrió con delicadeza y volteo a ver el camino que recorrían había un chico con una chica hablando, volteo a ver a sus amigos y vio como Keigo estaba apunto de disparar a esa próxima pareja.Volteo a ver otra vez a Tenko y Kai al ver que corrían hacia la pareja trato de detener a Keigo pero este ya había disparado dos flechas hacia la pareja.
-¡No, Keigo! ¡Espera!-Ya era demasiado tarde cuando trato de detenerlo
-¡Dos de un tiro!-Festejo el rubio junto a la albina hasta que fueron empujados-¿Oye que te pasa?-El albino no pudo contestar la pregunta pues se había lanzado para tratar de evitar que la flecha impactará con ellos.
-¡No idiota, espera!-Rumi trato de detener a Touya pero se ya estaba tratando de evitar que la flecha impactará con ellos.
Todo paso rápido, ambas flechas chocaron con los dos amigos y Touya paso de largo estampandose en un callejón, ellos siguieron corriendo.
Tanto Keigo como Rumi tenían las manos en su boca viendo con impresión a los ahora flechados corriendo y riendo, y a un Touya en el suelo con posibles moretones.
Ambos bajaron rápidamente hasta el callejón donde estaba el albino, lo vieron tirado en el suelo con bolsas de basura sobre el-¿Touya?-Pregunto en susurro Keigo tratando de acercarse-¿Estas bien?-Intento levantar una bolsa de basura que estaba en su cara pero el se levantó más rápido.
Trato de avanzarse para golpearlo pero Rumi lo detuvo de la cintura-¡Sueltame! ¡Yo lo mato!-Touya trataba de soltarse de su agarre para golpear a Keigo pero era inútil-Desgraciado-Se dejó caer cayendo de rodillas y sus brazos igual flojos.
Rumi lo dejo en el suelo delicadamente-Touya no quería darle a el, le quería dar a la pareja esa-Señalo detrás de él a la pareja de por el momento amigos que se estaba retirando.
-Vamonos...-Se levanto del suelo y mientras más se acercaba a la salida del callejon se le iba cambiando la ropa, ahora tenía una camisa azul con un shot negro, mechones de su blanco cabello se empezaron a teñir de negro y tres aretes se vieron visibles en su nariz-Ya se acabó nuestro turno-Su voz se escuchaba triste y desanimada mientras salía y doblaba para caminar sobre la calle hasta el departamento que tenían los tres.
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𝙲𝚞𝚙𝚒𝚍𝚘 𝚎𝚜 𝙲𝚛𝚞𝚎𝚕 •|One-shot|•
FanfictionHace mucho escuché... Que si no encuentras pareja es por que cupido se enamoro de ti y sus celos no le permiten dejar que otras personas se fijen en ti por lo especial que eres. Así es durante un tiempo hasta que cupido se da cuenta de tu tristeza e...