NUNCA MAS

Capitulo 15

Resumen:

Lan Zhan se ocupa de Jiang Cheng y recibe un poco de afecto de un curandero Lan. Yanli atiende a su hermano.

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Por un momento, el miedo centelleó en el rostro de Jiang Wanyin antes de cubrirse con una mueca de desprecio y una postura altiva. Lan Wangji no se movió, sin miedo al berrinche de Jiang.

"Ja, el gran Hanguang-jun es tan justo que perdona a enemigos que merecen morir. Pues yo no le tengo miedo ni a ti ni a tu santurrona secta. Ella es una Wen. Ellos son nuestros enemigos. ¡Todos ellos merecen morir! Aún así, los traes aquí para hacer qué, ¿ayudar a un sirviente? Ya ni siquiera es un sirviente, ¡no es más que un cultivador sin escrúpulos!"

"Líder de Secta Jiang, por favor, cálmese", dijo Xiong-zhang con una voz que rozaba la ira. "Wei Wuxian es la prometida de mi hermano. No permitiré tal desprecio por su vida".

"También es un activo valioso en esta guerra", añadió Nie Mingjue, moviéndose alrededor de la mesa para situarse junto a Qing-jie. "Uno que no podemos permitirnos perder".

El rostro de Jiang Wanyin se ensombreció. "¿Y qué si muere? El Muelle del Loto cayó por su culpa. Mis padres murieron por su culpa".

Wangji suspiró pesadamente en su interior. No importaba lo que dijeran los demás, ni las pruebas que aportaran, el imbécil egoísta siempre se aferraría a esas mentiras. Encajaban con su narrativa de duro de pelar. Irritado por el incesante desvarío, Wangji cedió y golpeó con su puño la cara del patético hombre.

Cayó como un saco de rábanos podridos.

La visión estremeció a Wangji hasta la médula. Agarró la muñeca del Jiang y lo sacó de la tienda, arrojando su cuerpo inconsciente en dirección a un par de cultivadores Jiang. "Tu líder está cansado. Pónganlo en la cama".

"Bien hecho", dijo Nie Mingjue, agarrando el hombro de Wangji cuando volvió a la tienda. "No muy político o diplomático, pero satisfactorio".

El hermano de Wangji escondió una sonrisa detrás de su mano. "Aunque no puedo decir que no se lo mereciera, me temo que esto sólo traerá más problemas".

Nie Mingjue refunfuñó en el fondo de su pecho. "Tal vez, debería enviarlo a él y a sus cultivadores a proteger la frontera más al sur, hacia el Muelle del Loto. Si siente que estamos trabajando para recuperar su territorio natal, podría olvidarse de causar luchas internas en el campamento."

Casi se rió de eso. Jiang Wanyin no le parecía una persona que se olvidara del más mínimo desaire. La amargura de su corazón se aferraba a él como un sudario.

Qing-jie se aclaró la garganta, con un brillo en los ojos que delataba su disfrute de los últimos minutos. "¿Volvemos a tus próximas maniobras? Creo que estábamos a punto de discutir la posibilidad de recuperar esas espadas de cultivador".

Los dos líderes asintieron y se pusieron a planear. Wangji se sentó y escuchó, orgulloso de la forma en que su hermana Wei se enfrentó a Nie Mingjue.

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Mucho más tarde, caminaron de vuelta a su tienda, cansados y hambrientos después de concretar los detalles de varios planes posibles.

"Gracias por alegrarme el día", dijo Qing-jie riendo.

"¿Mn?" respondió Wangji, mientras su mente volvía a pensar en Wei Ying. Cuanto antes se despertara su amada, mejor.

"Quizá sea una persona terrible, pero el sonido de tu puño golpeándole de lleno en la cara fue tan satisfactorio. Incluso con un núcleo dorado, parecerá un panda durante varios días antes de que desaparezcan los moratones. Como sanadora, es impropio disfrutar del sufrimiento ajeno. Como hermana y amiga, sin embargo, me encantó".