NUNCA MAS

Capitulo 18

Resumen:

Wei Ying y Lan Zhan se van de viaje.

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Wei Ying y Lan Zhan entraron en la tienda del curandero y se encontraron a Wei Qing mirando a un curandero Nie peludo y corpulento, que le devolvió una mirada igual de fría.

"Hola, Qing-jie. ¿Haciendo amigos?", le preguntó, deslizándose a su lado.

El sanador Nie chasqueó la lengua contra los dientes. "Los Nie te agradecen tu ofrecimiento de ayuda, doncella Wen...".

"Wei", corrigieron a la vez Wei Ying, Qing-jie y Lan Zhan.

Ella puso cara de no importarle. "Pero no es necesario".

Wei Ying no pudo resistir una risa amarga ante eso. "Cierto. Mi hermana es una de las doctoras más dotadas de todos los sanadores; sin embargo, tus tiendas repletas de soldados y cultivadores heridos no necesitan su ayuda. Impresionante".

La piel oscura del hombre se volvió gris, pero enderezó sus anchos hombros, levantando la barbilla desafiante. "Como he dicho..."

"¿Así que no te importa que el propio líder de tu secta aprobara su ayuda, que esté dispuesto a confiar en la doncella Wei?", preguntó, esbozando una afilada sonrisa. "Me aseguraré de informarle de tu lealtad y confianza".

Resoplando, la Nie se alejó. "Tengo pacientes que atender".

Qing-jie puso los ojos en blanco. "No tiene sentido, Wuxian. No quieren mi ayuda. Los sanadores se aseguran de que los pacientes sepan que yo era una Wen, y mi presencia sólo crea una perturbación que no es propicia para la curación."

"Tonto", dijo Lan Zhan con un leve movimiento de cabeza.

"Patético y ridículo también", añadió Wei Ying, dedicándole una amplia sonrisa.

Suspiró y recogió su bolsa de provisiones. "Por mucho que me gustaría mantener mi juramento de sanadora, creo que lo mejor es que a-Ning y yo volvamos a casa. Allí estaremos más seguros".

Wei Ying intercambió una mirada con Lan Zhan. Tenía razón. No tenía mucho sentido intentar ayudar a quien no quería ayuda.

"Los escoltaremos", se ofreció su amada, y Wei Ying chilló de alegría.

"¿Podemos quedarnos un par de días? ¿Pasar un buen rato con los niños?".

A su amada le brillaron los ojos. "Sí.

Saltó a los brazos de Lan Zhan. "Sí. Sí. Mi amor es el mejor, el mejor cultivador, el mejor padre, el mejor amor, lo mejor de lo mejor".

Qing-jie lo golpeó en el brazo. "Sí, sí. Es increíble. Recuerdas que hay una guerra, ¿verdad? ¿No tienes que ir a alguna misión?".

Wei Ying se encogió de hombros. "Eh. Pararemos a la vuelta y nos ocuparemos de eso".

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Varios días después, Lan Zhan y Wei Ying subieron los escalones de la torre de adoctrinamiento. No tenían prisa. Después de todo, ya habían eliminado a todas las patrullas cercanas. Sucedió prácticamente lo mismo que en la última línea temporal, salvo que él tenía a su amada a su lado en lugar de a Jiang Wanyin.

Aquella vez, la desesperada necesidad de encontrar a Wei Ying le impulsó a luchar y ganar. Había sido despiadado, decidido a hacer sufrir a quienes le arrebataron a su amada.

Eran tontos, borrachos de nuevo en su puesto y hablando de la destrucción del Muelle del Loto y la quema de los Rincones de las Nubes. Sus risas ebrias resonaban en el valle de roca volcánica y grietas de magma incandescente.