¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♥︎ 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 𝐌𝐮𝐫𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢 シ︎
Terminé de vestirme y peinarme cuando escuché a Kuina entrando a mi habitación.
— Discúlpame por tardar, Ann estaba ocupada. — Se acercó a mí con un pote de crema. — Aplícala en la zona y la vendas sin que quede muy ajustada.
Tomé la crema y apliqué una generosa cantidad sobre mi brazo sintiendo como esta se aliviaba un poco, luego Kuina tomo unas vendas del armario y me ayudó a vendar mi brazo.
— Listo, eso también evitará que se infecte o que termine como una mancha. — Me miró con una sonrisa para luego ver mi cuello. — Veo que fue bastante brusco el juego, pero no me contaste que te sedujeron, hasta un chupón te hicieron.
— ¿Qué? — Pregunté extrañada por lo que me fui a mirar al espejo del baño notando un chupón que no estaba ahí esa mañana. — Ahg, maldito Niragi.
Acomodé mi cabello como pude para qué no se viera tan fácil para luego tomar las cartas que conseguí he ir con el sombrerero.
Llegué a la sala de juntas con mis cartas encontrándome a el sombrerero, Ann, Chishiya y Niragi, a este último lo miré mal cuándo me hizo un guiño.
— Mi querida Katsuki. — Saludó el sombrerero al verme en el lugar. — Pero mira como estás, te han lastimado mucho — Dijo al ver los moretones en mi cuerpo al no llevar una chaqueta encima.
— Si, son unos animales pero los vencí a cada uno de ellos, esto solo es muestra de mi victoria. — Ví a Niragi sonreír con orgullo al escuchar lo que dije por lo que me acerqué al sombrero entregándole las cartas que había recolectado.
— Una chica fuerte e inteligente — Dijo tomando las cartas —. Un 8 de espadas, pero que chica. — Sonrió para verme y agradecer por las cartas. — Tienes un merecido descanso, daré la orden de que te traten como la reina que eres.
Yo solo sonreí para luego salir de la sala, no sin antes darle una mirada asesina a Niragi y luego ver a Chishiya quién vio mi cuello y luego a mí con una sonrisa sorprendida.
Me quedé fuera de la sala esperando a que Niragi saliera para enfrentarlo, por lo cual al verlo salir lo tomé del brazo para llevarlo con prisa a un pasillo en el cuál no nos vieran o escucharan.
— Tranquila preciosa, sé que me extrañaste pero ya iba a tú habitación. — Se acercó para tomarme por la cintura mientras sonreía.
— ¿Qué crees que haces? — Pasé mi cabello detrás de mis hombros dejando ver aquella marca en mi cuello a lo cual sonrió.
— Se ve mejor de lo que pensé.
Exasperada lo empujé hasta dejarlo contra la pared.
— No estoy para estupideces Niragi, así que déjame tranquila.
