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♥︎ 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢 𝐌𝐮𝐫𝐚𝐤𝐚𝐦𝐢 シ︎
— ¿Niragi? — Pregunté con la voz quebrada al entrar a la habitación.
— ¿Katsuki? — Preguntó mi nombre algo confunfido para levantarse de la cama.
Intentó acercarse a mi por lo que salí corriendo escuchando sus llamados a mis espaldas.
Corrí tan rapido como pude hasta llegar a la azotea del hotel, me negaba a creer que de verdad todo esto estaba pasando.
— Katsuki. — Escuché la voz de Niragi a mis espaldas.
Unas horas atrás.
— ¿Tienes el día libre? — Pregunté como si no hubiera escuchado lo que dijo.
— Si, y lo pasaré contigo. — Me sonrió para dejar un beso en la punta de mi nariz.
— Hace mucho no tenías un día libre — Dije intentando sonreír.
— Pedí que me lo dieran, quiero hacer muchas cosas contigo. — Acarició mi mejilla.
— Entonces debería ir a arreglarme. — Intenté escapar de su lado pero sus brazos al rededor de mi cintura me lo impidieron.
— Aun es temprano nena. — Me atrajo a su cuerpo. — Y hay unas cuantas cosas que quiero hacer contigo en esta cama.
Se subió encima mio acercándose a mi cuello para besarlo.
— Ya casi no te quedan marcas — Dijo viendo mi cuello casi sin marcas violetas.
— Ya a pasado tiempo desde la última vez que marcaste mi cuerpo.
— Bueno, entonces creo que debo renovar esas marcas.
Sonrió de forma juguetona acercándose a mi cuello para lamerlo, morderlo y succionar diferentes partes de este mientras sus manos acariciaban mis piernas, mi cintura, mi cadera, mis senos y desvestir de a poco mi cuerpo. Comenzaba a calentarme, pequeños jadeos salían de mi boca cuando sus dedos se colaron en mi intimidad, subí mis manos a sus hombros sujetándome de estos debido a la gran excitación que sentía, entonces borrosas imágenes de él con aquella chica atacaron mi mente, intenté evadir aquella escena de él haciendo lo mismo que hacía conmigo ahora pero con ella a pesar de no haber visto tal cosa aún, pero fue un intento fallido.
— De-detente Niragi. — Pedí mientras luchaba entre los que pensaba mi cabeza y lo que deseaba mi cuerpo.
— Apenas voy iniciando preciosa. — Mordió levemente uno de mis pezones.
— Detente. — Lo empujé levemente por lo que él se apartó de mi.
— ¿Qué sucede? — Preguntó consternado.
— No puedo hacerlo — Dije mientras me levantaba de la cama cubriendo mi cuerpo con una de
