031 | amiga

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Amiga

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Amiga

días más tarde...

Llegue a Argentina, Paulo está entrenando estos días porque tiene un partido importante con el A.S Roma, pero yo quise volver para dejar las cosas claras y por supuesto, despedirme como es debido.

Ahora mismo, estoy en Córdoba, para despedirme de mis hermanas y mi madre, así explicarles todo.

Las tres ayudamos a mamá a cocinar y nos sentamos para almorzar juntas, al terminar, es el momento perfecto para decirles todo.

─ mamá, chicas ─ llamo su atención, para que me den bola ─ probablemente vieron mi stream, en el que estoy en Italia ¿cierto?

─ pues obvio ¿cómo se te ocurre lárgate a otro continente sin decirnos nada? ¿estás loca? ─ me regaña mi madre con el ceño fruncido, al parecer un poco molesta, muy molesta

─ Ahora sos una boti, ¿qué se siente? ¿Ya te incluyeron a un grupo de Whatsapp o algo así? ─ pregunta Briana risueña, pero yo simplemente ignoré todas las preguntas para poder continuar

─ mamá tiene razón, debí contarles antes de irme. Pero ya no quería dejar solo a Pau en Italia y creo que tuve la valentía suficiente para hacer mis maletas e irme a vivir en Roma. ─ expliqué ─ fue un impulso, pero no me arrepiento, porque gracias a ello ahora estoy con Paulo, con Tobi y estamos paso a paso, construyendo nuestro hogar ─ ellas me miran expectantes ─ y solo quería decírselo

─ no debiste irte de la nada ─ dice Cristina, mirándome con algo de seriedad ─ quizá lo hiciste en busca de tu felicidad, pero creo que hay cosas que es mejor hacer con la cabeza fría. Sin embargo, sé que no es fácil para ti irte, si hay alguien que ama a Argentina con toda su alma, sos vos, pero deseo que les vaya re bien juntos y que tengan u  hogar tan bonito como desde chiquitos lo soñaron

─ ¡son como Messi y Anto! ─ interrumpe Briana ─ ahora tengan tres hijos, pido ser la madrina de Paula ─ dice, dejándome confundida

─ Briana, ¿Quién poronga es Paula?

─ Tu hija, duh! ─ dice como si fuera obvio

─ Belén, acompáñame ─ dice mi madre levantándose, la seguí hasta el patio

─ decime, má ─ la incitó a hablar, algo nerviosa. Ella me agarra de las manos y me observa con una mezcla de dolor, felicidad y algo que no puedo describir bien ─ ¿Pasa algo, Má?

─ Me ha costado mucho desprenderme de vos, tenés unas alas enormes que siempre te hacen llegar más y más lejos. ─ Su voz suena tan débil, como si quisiera llorar ─ Cuando te fuiste a Buenos Aires buscando lo mejor para tu carrera, supe que en algún momento te ibas a ir aún más lejos. Todos los días me invade la preocupación por saber cómo estás. Aunque quiero evitar sentirme así, es lo que siente una madre cuando uno de sus retoños se va

Mis lágrimas amenazan con salir de mis ojos, ya tengo la visión nublada por el agua.

─ solo quiero que seas feliz, pero por favor no olvides llamarme y tampoco olvides que sos el amor más grande que tengo, junto a tus hermanas. ─ me abraza fuertemente, a lo que yo correspondí

─ Te amo, ma, te voy a llamar todos los días y si vos querés, te podés ir a pasar unos días con nosotros de vez en cuando ─ ella sonríe de lado y asiente

─ Pero ahora no es el momento oportuno, ustedes apenas están aprendiendo a convivir y formando su hogar. Yo sabía que en algún momento iba a pasar esto ─ tiene razón, pero no descarto la posibilidad

Estuvimos el resto de tarde juntas, pero mañana debo ir a Buenos Aires para hablar con Emilia, pues las cosas no están de lo mejor entre nosotras.

Estuvimos paseando juntas todo el día, aunque es inevitable que ya no somos las mismas de antes. Ella es amiga de Oriana y también dice que Paulo me hizo demasiado daño, que no quiere verme llorar otra vez por él, entonces entiendo que no esté de lo más contenta con mi desición.

Nos sentamos a cenar, pues ya es de noche y nos picó el hambre. Un restaurante muy lindo cerca del centro es nuestro destino, todo se ve muy tranquilo.

─ Emi.─ Digo, para hacerla desviar su atención del celular y que me escuche

─ Decime ─ De cualquier forma su vista sigue pegada a la pantalla, mientras teclea un par de cosas

─ Es sobre Paulo. ─ ella deja su celular bloqueado sobre la mesa y me mira con atención ─ sé que vos estás molesta porque muchas veces estuve mal por los problemas con él, además que vos viste como dos amigas tuyas estaban mal por el mismo pibe

─ Oriana lo ha superado, pero vos te fuiste a Italia para estar con ese pibe ¿te recuerdo algo? Él te ha hecho llorar a vos más de mil veces. Fue capaz de irse y dejarte sola por siete años ¿qué te dice que no es capaz de volver a dejarte sola de repente? Te vas a terminar cagando la vida y los sentimientos por el mismo pibe.─ dice bastante molesta y desesperada─ sabes que te amo, pero vos no aprendes a no romperte el corazón. Ya por él lloraste ¿querés que vuelva a pasar?

Hay algo de razón en sus palabras ─ mucha, para mi gusto ─ pero a veces el amor no es tan simple como para permitir que los errores hagan un festín de historias que se terminan.

─ hay algo de verdad en todo lo que decís. ─ admití bajando la mirada, pues me cuesta mucho ignorar mi orgullo y permitir que mis labios pronuncien ciertas palabras ─ Pero, Emi mira que tu amistad es muy importante para mí ¿Sí? Y aunque tenés razón, yo amo a Paulo con todo el corazón ¡fueron años de grandes historias! Y ahora es mi gran amor. ─ intenté explicar, pero no encuentro suficientes palabras para dejar claro lo que estoy pensando y sintiendo

─ es que no quiero verte llorar otra vez por el mismo pibe que no te valora. ─ dice molesta, mientras sus manos se empuñan sobre la mesa ─ vos mereces a alguien que te quiera, te valore, te proteja y sea leal para vos.  ─ continúa

─ Emi, vos me conoces muy bien. Si estoy con Paulo ahora mismo, es porque confío en él y estoy segura de que ahora todo va a estar diferente. ─ aseguré ─ así como vos estuviste para mí cuando yo estuve llorando, así que ahora quiero que sigas en mi vida, porque valoro tu amistad

Las lágrimas curiosas asomándose por mis ojos delatan lo mucho que me importa que ella esté a mi lado como mi amiga, porque la quiero muchísimo.

─ boluda, te amo. ─ dice Emilia tomándome de la mano sobre la mesa, dedicándome una pequeña sonrisa ladeada ─ yo voy a estar para vos siempre, espero no volver a verte llorando otra vez por él, ahora decí que yo voy a ser la madrina cuando tengan a Enzo Julián

─ obvio que vas a ser vos ─ sonreí, complacida al ver que ella quiere seguir siendo mi amiga

Nos abrazamos fuertemente y luego cenamos, pues somos dos pibas muertas de hambre que solo con ver comida ya se desconoce.

Nos abrazamos fuertemente y luego cenamos, pues somos dos pibas muertas de hambre que solo con ver comida ya se desconoce

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DE CERO ─── Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora