035 | día libre

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Hoy es el día libre de los jugadores de la selección, que hasta ahora (cuartos de final) han tenido un desempeño más que espectacular. Alisté a los niños a eso de las 8:00am y más o menos una hora después nos encontramos con Paulo.

Los niños corrieron a abrazar a Paulo, que los recibió con todo el amor del mundo y posteriormente, voy a abrazarlo efusivamente, pues ¿cómo más debería estar? Voy a pasar un día con él luego de varias semanas.

─ ¡gordo! ─ exclamé emocionada yendo a abrazarlos como si tuviéramos siglos sin vernos

Él corazón me late a mil por poder tenerlo como pocas veces puedo a causa de sus entrenamientos, compromisos deportivos y más. Hoy él está aquí, con nosotros y estoy segura de que nuestro día va a ser magnífico en compañía de nuestros nenes y Tobi.

Mientras caminamos rumbo a un restaurante que los niños escogieron por su temática llamativa, yo solo puedo pensar en lo felices que somos ahora como una familia. Recuerdo cuando Tobi llegó por primera vez a nuestro hogar, convirtiéndose en nuestro primer hijo (era un cachorro tan pequeño y de cabellos dorados que no paraba de saltar y perseguir su propia cola hasta cansarse), ese día fue una locura porque Paulo y yo nos sentimos por primera vez como una familia.

─ delicioso. ─ Lio relamió su labio inferior saboreando los restos de dulce de leche que habían quedado en sus comisuras, es una hormiguita para comer dulce como si fuese algo habitual

─ Papi, ¿por qué comes pancakes? Te vas a poner gordo y no vas a poder jugar con el tío Joaco.─ nuestra niña, por otro lado es muy directa y observadora ─ Nos habías dicho que los futbolistas no podían comer muchos pancakes

Paulo suspiró. Mirando a Celeste, que solo ríe juguetonamente mientras lo mira, orgullosa de haber sacado de quicio a su papá.

─ De vez en cuando no está mal. ─ dice, excusándose para no recibir un regaño más por parte de su encantadora hija ─ sos re chismosa vos, princesa.─ comenta de forma juguetona, sacandole una carcajada a los mellizos

Luego, ellos estaban demasiado insistentes con ir al parque para jugar a la pelota. Así lo hicimos, pues ellos adoran jugar a la pelota con nosotros, en especial con Paulo. Yo me senté en el pasto debajo de un árbol, mientras Tobi está en mi regazo.

Viéndolos jugar, ser tan felices y reírse a carcajadas tan puras. Soy feliz. Demasiado feliz.

Mis mellis son lo más hermoso del mundo, llegaron a nuestras vidas de forma repentina, porque para ser honesta, no lo planeabamos. Pero desde ese día en el que las dos rayitas rojas se dejaron ver, indicando el resultado positivo; y el momento en el que vimos a dos frijolitos en la ecografía. Recuerdo perfectamente la forma tan real en la que Paulo sonrió y al instante pensamos en los nombres más iconicos para ellos.

─ Má, vení.─ me llamó Lio con una sonrisa tan tierna invitándome a jugar con ellos

Tobi y yo vamos sin ningún preámbulo, estamos toda la mañana jugando a la pelota. Hasta que nuestro reloj marca las 12:30pm, hora en la que la familia Dybala Rojas fue citada junto a las otras familias de la selección para un almuerzo.

Vamos al hotel y al entrar, nos guían hacia el restaurante en el piso doce y tomamos asiento en una a larga mesa, al lado de Emiliano, Mandinha y sus hijos. El almuerzo transcurrió bastante tranquilo, entre los habituales descansos de los jugadores y las anécdotas que nunca faltan.

─ Si ganamos el próximo partido, salimos de boliche. ─ propone Joaquín, con una sonrisa amplia y brillante como siempre

─ ¿Boliche? No podemos darnos ese lujo ahora.─ acota Lionel Messi, que a pesar de ya no jugar en el terreno de juego, es parte del equipo técnico

DE CERO ─── Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora