Capítulo 8 Separación

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Era un día lluvioso, la oscuridad cubría el cielo, y la luna se encontraba en su punto más alto. La ciudad de Tokio aunque iluminada como siempre, se encontraba más silenciosa de lo habitual. Y en el techo de un gran edificio en el centro de la ciudad nipona, se encontraban dos personas frente a frente.

All For One: Así que... Finalmente te has atrevido a enfrentarme...

Los rayos iluminaban por fracciones de segundos la zona donde ambas personas se encontraban. Seguidos de los potentes truenos que retumbaban en el lugar, pero ambas figuras ni se inmutaban.

All For One: All Might...

Un rayo volvió a iluminar la zona. Y el enorme cuerpo del héroe, junto con su rostro furioso fue percibido por All For One. Quien sólo se mantenía firme, con sus manos en la espalda, y con una mirada seria sobre su objetivo.

All Might: All For One... Finalmente te encuentro maldito...

All For One: O no, creo que te equivocas. Tú no me encontraste, yo simplemente decidí mostrarme ante tu persona *dijo burlón, con una sonrisa la cual pronto deshizo*

All Might: ¡Pagarás por todo lo que has hecho! ¡Hoy será el día en el que vengue a mi maestra! *le contestó furioso*

All For One: Ay All Might... Si supieras cuántas veces he escuchado la misma historia... Que vengarán a alguien, que me detendrán, o que la justicia finalmente derrotará al mal. Pero te digo algo: Y es que todos aquellos que me dijeron eso en algún momento... Están muertos

La mirada tan fría, y su voz profunda y amenazante hubiera sido suficiente para paralizar a cualquiera que hubiese osado encarar al Emperador del Mal. Pero no a All Might, pues para la sorpresa de su contrincante, este sólo apretó los puños con más enojo y habló.

All Might: Pues entonces seré la excepción, me preparé por años para este momento, y estoy listo... Prepárate, All For One. ¡Pues tu reinado del mal, ha llegado a su fin!

El Héroe Número Uno extendió sus brazos y después adoptó una pose de pelea, con una mirada que reflejaba su ira y su gran determinación. Mientras que el Emperador del Mal, vestido con un traje elegante de color negro, contrajo los brazos y se inclinó hacia al frente, con una mirada fría y serena.

Por varios segundos no sucedió nada, lo único que podía percibirse eran las gotas de lluvia que caían en la azotea. Y fue en un destello provocado por la tormenta, que ambos oponentes se lanzaron uno contra el otro y chocaron sus puños con una fuerza tal, que la onda de choque agrietó el concreto, y pudo escucharse a más de un kilómetro a la redonda. 

Así, fue como la batalla entre el bien y el mal, empezó...

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Pasaron dos días desde la cena de victoria, ahora era fin de semana. Kurogiri se encontraba preparando el desayuno, mientras que el peli celeste se encontraba en la barra del bar, intentando acabar la pirámide de cartas en la que llevaba trabajando los últimos cincuenta minutos.

En ese momento, unos pasos comenzaron a escucharse desde las escaleras. Por lo que el oji rojo volteó ligeramente la cabeza, y saludó.

Tomura: Buenos días Izuku

Izuku: Buenos días Shigara-. Digo, Tomura. Buenos días Kurogiri *dijo algo apenado*

Kurogiri: Buenos días joven Izuku

El niño se sentó en una de las sillas de la barra, a un lado de Shigaraki. Observando cómo este colocaba las cartas con gran delicadeza y paciencia.

Tomura: Todavía no te acostumbras ¿Eh? 

Ser un Quirkless [Reboot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora