ii. STARING CONTESTS

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CHAPTER TWOconcursos de miradas

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CHAPTER TWO
concursos de miradas


         AUNQUE ADELINE VEÍA HOGWARTS COMO UN HOGAR LEJOS DE SU HOGAR, MORGAN NO. Hogwarts era donde iba a la escuela, donde recibía la educación que utilizaría en el futuro para sobresalir en su carrera –cosa que haría, muchas gracias–, pero definitivamente no era un hogar. Bueno, más hogareño que la mansión Ainsley, donde se había visto obligada a vivir desde la boda de Alistair y Helen, pero no un hogar.

En realidad, ahora no tenía un hogar. 

Porque Hogwarts era un medio para un fin, un paso hacia su futuro porque la educación era importante y completamente necesaria para aprender hechizos y controlar la magia en un lugar seguro, bueno, "seguro". Pero Morgan no podía llamar hogar a los aposentos de Slytherin porque no lo sentía así.

Cuando pensaba en su hogar, pensaba en edredones sobre sofás, en temperaturas altas, mantas alrededor de los hombros y chocolate caliente en las manos. Pensó en madera caliente bajo sus pies, desorden, una cocina un poco desordenada, flores en la mesa del comedor y fotos familiares en la pared. Eso sí que era un hogar, y exactamente lo que no tenía en Hogwarts ni en la mansión Ainsley.

Porque en la mansión Ainsley hacía frío y no había almohadas decorativas en los sofás ni chocolate caliente para saborear, suelos fríos bajo sus pies y un aire gélido por todas partes. No había flores en la mesa del comedor y la cocina siempre estaba impecable y las paredes eran blancas con fotos estándar y nada sugería que allí viviera una familia. Y las Cámaras estaban frías y debajo de todos los demás, recibiendo todo el aire frío, y las sirenas de encima gritaban y chillaban y golpeaban el cristal constantemente. Todo estaba inmaculado y parecía más un hotel que un espacio habitable.

Había fotos tétricas de antiguos Directores que provenían de Slytherin, como cuadros de estilo victoriano en casas espeluznantes, y dormitorios que siempre estaban limpios –sin desorden, sin pantalones en el suelo– porque las apariencias lo eran todo, en primer lugar, y porque los elfos de la casa nunca permitirían que la ropa estuviera tirada por el suelo durante mucho tiempo.

No se sentía como en casa, pero era donde tenía que quedarse. Allí se alojaba con Adeline, Wilhelmina Matthews y Theresa Hangthorne, con las dos últimas no había tenido una conversación amistosa desde el primer año, cuando se enteraron de que vivían con una mestiza, ¡horror!

Desde entonces, Wilhelmina y Theresa sólo se burlaban de ella y mantenían la cabeza alta, como si fueran mejores que ella, porque sus padres y sus antecesores decidieron casarse con magos en lugar de aventurarse en el mundo muggle. Se jactaban de su ignorancia, lo que sólo provocaba que ella soltara una carcajada.

No le importaba si se creían mejores, siempre y cuando no la llamaran mestiza, porque, en esos casos, la persona que lo hacía terminaba con una fea cicatriz o un maleficio del que no podía deshacerse y Morgan estaba castigada. ¿Pero a quién le importaba?

SABOTAGE ━━ remus lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora