Cherry Shots / La scaloneta

Nicolás Otamendi

Pedido de: @Scalonimipapa @AbigailGodoy209 @Martuss-Okas @Mai-zuris @BeluMaslowLevine @haakeei @flo02702 @Dalmataperro 

"𝒫𝒶𝒹𝓇𝑒𝓈 𝓈𝑒𝓅𝒶𝓇𝒶𝒹𝑜𝓈"

Establecer una conexión a internet desde la casa fue sin dudas lo mejor que me pudo ocurrir, los chicos corrían de un lado a otro jugando en la Tablet el poco tiempo que los dejaba usarla dándome unos minutos de descanso para mi misma.

Aunque siempre existiera algo o alguien que cortara mi momento.

Nicolás entro en mi rango de visión cuando abrí la puerta después de escuchar el timbre repetidas veces, santi atravesó el umbral tirándose encima de su padre mientras que Dylan sonreía detrás de mis piernas, ambos eran diferentes entre si pero  de todas formas amaban a el jugador de futbol, lo tenían en un altar.

--- Eh pendejo, ya estoy viejo para esto. 

Se sobo la espalda bajando a Santiago de su cuerpo fingiendo tener dolor, los niños se rieron.

--- Voy a traer las mochilas.---dije volteando hacia adentro.

--- Espera lau. 

Mi sobrenombre salía muy natural de sus labios, entrecerré los ojos mirando en su dirección.

--- Vamos a ir a comer algo con los nenes, ¿queres venir? ---me observo inocente.

Estaba saliendo de una relación hace ya dos meses, desde ahí me la pasaba con mis hijos en casa o salíamos solamente a pasear en plan familia, cero diversión para mi. De todas formas estar en otra salida familiar cambiaba un poco si era con mi ex marido.

--- Dale ma'. ---hicieron complot entre los tres masculinos y yo no tuve mas remedio que aceptar. Finjamos que notar el parecido que compartían tan tiernamente no influyo en mi decisión.

--- Bueno...

Gracias a Dios las criaturas era muy ruidosas sino la incomodidad reinaría en ese vehículo, no nos llevábamos mal obviamente por ellos y el tema de nuestra ruptura tuvo que ver con la falta de tiempo, a mi nunca me gusto ni pude soportar criar a mis hijos mayormente sola, pero terminamos en buenos términos. Otamendi fue mi primer y ultimo gran amor.

Fui vilmente engañada al ver la casa lujosa de el hombre a lo lejos, yo imagine que íbamos a ir fuera, ligeramente indignada por su actuación baje del auto llevando a Dylan alzado, con sus tres años también se vio aferrado a su mamá con quien mas convivio.

Digamos que si no fuera por eso seguiríamos juntos.

Recordando nuestra antigua vida en esas cuatro paredes espere sentada en los sillones a los chicos sin querer hacer nada, Nicolás desapareció diciendo que me sintiera como en casa, estuve en mi celular contestando unas cosas cuando escuche el grito lastimero de Santiago en el segundo piso.

Poco me importo no estar en mi hogar y fui escaleras arriba en busca de su voz, llegando a la habitación principal.

--- Me duele mami.

Me agache a su altura en el suelo de cuclillas analizando su rodilla, una mini línea de sangre escandalizo al menor, sin embargo no era nada mas que un susto.

Iba a contestar justo a la par de ver a cierto hombre a mi lado, me hubiera dado igual si no estuviera solo con una toalla en la cintura y el torso descubierto, vamos a pretender que todo sigue, concentrate Laura.

--- Dale campeón, no llores.

Le revolvió el pelo juguetón sacándole una sonrisa al niño, procedió a mirarme cosa que hizo de mi un manojo de nervios.

--- Ya no me duele. ---se levanto eufórico saliendo del cuarto abandonando a su madre en esta situación, gracias por nada santi.

El no dijo palabra alguna hasta llegar a un punto de tensión en el aire que se cortaba con una tijera, habitualmente Otamendi no se guardo la sonrisa socarrona tan característica en su rostro esculpido.

--- Es re exagerado nuestro pibe.

Si, nuestro.

--- Salió al papá. ---me encogí de hombros.

Soltó una risita silenciosa.

--- Y la belleza la saco de su mamá.

(...)

Finalmente llego el dia tan especial de la semana, en las gradas el sol daba directo sin embargo ese detalle no me iba a impedir alentar a los cuatro vientos orgullosa. 

El partido infantil se desarrollaba con mucha agilidad, entre esos mi hijo destacaba y no por ser su progenitora, fue entrenado únicamente por un jugador de renombre como era Nicolás, quien también estaba presente.

El ultimo gol lo grite saltando de la felicidad, este tipo de torneos valían muchísimo para todos nosotros, y mas si el niño lo disfrutaba con su vida.

Corrió hacia mi agitando la medalla mientras se secaba el sudor de la frente, lo abrace tan fuerte recitando en su oído una y otra vez cuanto lo amaba.

Una mano firme en mi cintura distrajo mi mente, Otamendi me saludo con un beso largo en la mejilla captado por el camarógrafo en ese mismo instante, no paro de establecer contacto visual elevando sus comisuras como si no pudiera creer lo que veían sus orbes.

--- Me vas a perdonar, pero te juro que nunca quise hacer algo mas que ahora.

Sin mas preámbulos unió sus labios con los míos en un beso lleno de intensidad, me quede estática sin saber como reaccionar, fuera de cualquier pensamiento solo atine a cerrar los ojos evitando caer redonda en sus encantos naturales. --- Nico...

--- Ver a mis hijos junto a vos confirma lo mucho que necesito volver a tenerte como mi mujer.