Lionel Scaloni

4K 176 20
                                    

Pedido de @BeluMaslowLevine 

"𝑀𝒾𝓈𝓂𝒶𝓈 𝓅𝑒𝓇𝓈𝑜𝓃𝒶𝓁𝒾𝒹𝒶𝒹𝑒𝓈"

Belén era la encargada de el entrenamiento por parte rutina, a sus cortos veintisiete años ya se había recibido de varias carreras, sin embargo la que mas le gusto siempre fue la deportiva.

Iniciando la mañana la mayoría estaba preparándose para iniciar mientras que yo tomaba unos mates con algunos de los superiores, la relación entre todos variaba de cuanto pusieras de tu parte, al inicio me ahorraba ser tan extrovertida porque los veía muy lejos de mi cotidianidad, sin embargo me salió medio mal ya que al poner un pie dentro de el establecimiento dije algo un poco fuera de profesionalismo.

Recordé cuando un jugador de la selección me había dicho que estaba re vacío el lugar, a lo que me salió decirle "pero estoy yo acá". Puras risas hasta que nos dimos cuenta que no estábamos solos, Scaloni escuchaba nuestra conversación a lo lejos bastante pensativo.

Seguro se llevo una mala impresión mía...

--- ¿No tienen trabajo ustedes?

Aimar y yo nos miramos cómplices.

--- Que tipo por favor, si supieras lo que era antes. ---tomo de su botella de agua.

Lionel se cruzo de brazos--- Hablas como si fuera un viejo choto.

Casi me atraganto cuando se sentó al lado mío después de pronunciar esas palabras tan fuera de su forma de ser, al menos conmigo presente. Bueno, combo triple a mi corazón sensible añadiendo que no me sacaba los ojos de encima.

--- Yo no digo nada mejor...

Pablo se levanto de su silla yendo hacia los jugadores dictando nuevas instrucciones, sonreí nerviosa por primera vez en mi vida, y es que como para no estarlo con tremendo hombre. 

--- Belén, ¿No?---pregunto bastante dudoso.

--- Para trabajar hace mas de tres meses acá y que no recordes mi nombre me hace pensar que quizás si sos un viejo choto.

Me quise morder la lengua esperando una reacción negativa, sin embargo el sonido de su risa calmo mi respiración agitada, jamás había imaginado ser yo quien le sacara tremenda sonrisa, que buen día para ser Belén.

--- Me haces acordar mucho a mi cuando era joven.

--- Seguís siendo joven, no te mates así.

Si le puedo sacar provecho a esta charla para afianzar nuestra relación de compañeros inexistente lo voy a hacer, vamos a exprimir hasta la ultima gota de su buen humor.

Bueno, probablemente exprimí demasiado.

A dos semanas de ese día tan extraño donde hablamos tanto ya no albergaba ningún tipo de lejanía conmigo, incluso podría decirse que somos una especie de amigos. Mala mía por haber logrado ser amigos y no guiarnos entre las ramas de el chamuyo, este tipo y su manera de ser me atraían como un imán.

Estaba estirando mis extremidades a la espera de llegar a calmar el repentino dolor que me atravesó en la pierna, finalizando mi sesión con los chicos caí en la dura realidad de ser torpe a mil, y no solo caí en la realidad, también me desvanecí en el suelo como la bruta que soy creando un incesante tirón en mi muslo.

Putee a los cuatro vientos a la espera de que se me pase un poco para ponerme de pie, cuando la puerta se abrió mostrando a cierto director técnico con el ceño fruncido.

--- Dios mío piba, ya es la segunda vez que te pasa.

--- No te quejes y veni a ayudarme.

Y si, era mi segunda vez, la vergüenza quedo en el pasado total mas expuesta no puedo quedar.

Lionel se arrodillo entre mi cuerpo tendido en el frio piso tomándome de la pierna afectada para iniciar un estiramiento digno de un kinesiólogo, su aroma hechizante envió corrientes eléctricas desde mi columna vertebral.

--- ¿Quién te boconeo? ---dije evitando mirarlo directamente.

--- No digas así, si no fuera por Martínez seguirías acá hasta la noche.

--- Exagerado...

--- Si belu, tuteame, finjamos que no soy tu superior.

Me reí en su cara ocasionando que frene su accionar.

--- Tan correcto señor Scaloni. ---una guerra de miradas se desato entre nosotros a escasos centímetros del uno al otro.

--- Sos de no creer.

Dale Lionel, deja esa careta de seriedad atrás y plantame tremendo chape.

Lionel alzo una ceja sorprendido repentinamente, no me digas que lo dije en voz alta y no lo pensé solo en mi mente.

--- Belén...

Justo cuando la punta de nuestras narices se tocaban un carraspeo de garganta se escucho en la entrada. Pablo Aimar sonreía como un nene chiquito presenciando la escena mientras que nuestro jefe pedía explicaciones con los ojos.




Cherry Shots / La scalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora