𝐍𝐄┊A Dahyun le gusta el violeta.
A Jungkook, el negro.
A Dahyun le dan miedo muchas cosas.
A Jungkook, le da igual.
A Dahyun le gusta Namjoon.
A Jungkook, que nadie lo moleste.
¿Quién diría que un pequeño accidente unirá vidas tan diferentes?
Ell...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hyesoo aparcó la moto en frente de la casa de su tía. Era una casa grande, de dos pisos. Por fuera, el color blanco y las decoraciones con cerámicos de color azul, la hacían lucir extremadamente bonita y elegante. El jardín, era otra maravilla; el pasto verdoso bien cortado y bien cuidado, las pequeñas plantas que decoraban el camino hasta la puerta, iban acompañadas de algunas flores silvestres bien bonitas. La puerta tenía varios detalles con cristales. Las ventanas estaban pintadas de negro y el vidrio permitía ver las preciosas cortinas color durazno. Si por fuera la casa era hermosa, por dentro seguramente es aún más. Y no me sorprenderia si así fuera. La señora Lee, era diseñadora de interiores hace más de dos décadas. Realmente su trabajo era excelente.
Estar frente a esa casa me dió nostalgia. Una nostalgia muy amarga.
Ambas ya habiamos bajado de la moto para luego comenzar a caminar en dirección a la puerta. O bueno, Hyesoo caminaba, ya que mis pies no respondían, pues se habían estancado en su lugar. La castaña al notar que yo no iba a su lado, paró su caminata y se giró para observarme.
─¿Sucede algo? ─preguntó desde donde estaba.
Mordí mi labio inferior y negué.
─Hye, ¿Te molesta si te espero aquí?
Ella me miró confusa, con su ceño levemente fruncido. Aunque de un momento a otro, cambió sus facciones por unas preocupadas; como si hubiera recordado algo que antes se le había pasado por alto. Entonces, se acercó a mí y me miró con culpa.
─Hyunnie, yo... ─se pausó cambiando su mirada hacia otra dirección─, lo siento, no te tendría que haber traído.
Hyesoo fue la primera persona en enterarse sobre mi relación con Jinjin, en ese entonces ellos tenían dieciséis y yo quince. También, fue la primera persona en saber sobre nuestra ruptura. Ese día ella estaba tan furiosa que lo habia golpeado rompiéndole la nariz. No le había importado que él sea su familia y lo golpeó porque él me había lastimado.
Le dí una sonrisa ladina.
─No te preocupes, unnie ─tomé sus manos e hice que me mirara─. Ve a buscar los cascos porque aún tenemos una charla pendiente ─le dí ánimos─. Ni él ni nada nos van a arruinar nuestra salida.
Hyesoo se relajó y se permitió soltar una risa ante lo que dije.
─Tienes razón, quédate aquí y espérame ─me dijo y luego se alejó corriendo para luego tocar la puerta. Esperó unos minutos, hasta que la puerta le fue abierta. Agradecí enormemente, que la que estaba del otro lado fuera la señora Lee y no su hijo.
La castaña la saludó alegremente y luego le dijo unas cosas a lo que la señora la dejó ingresar. No se había percatado de mi presencia pues estaba a punto de cerrar la puerta cuando su mirada se dirigió hacía el patio por casualidad y me vió. Entonces, la puerta volvió a abrirse y en su rostro se dibujó de manera automática una enorme sonrisa. Yo también le sonreí y le hice una reverencia en saludo.