[🦋] 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

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La última clase había concluido, lo que significaba que ya podía retirarme a mi casa

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La última clase había concluido, lo que significaba que ya podía retirarme a mi casa. Acomodé mis cosas y salí del salón, para luego encaminarme rumbo a la salida. A mitad del camino, mi celular emitió el característico sonido de que me había llegado una notificación nueva. Lo saqué del bolsillo trasero de mi pantalón, lo prendí y lo desbloqueé. Bajé la barra de notificación, y ví que tenia un mensaje de Hyesoo, el cual abrí de inmediato.

Hoy pijamada :D
14:25pm.

Hye
14:25pm.

Hoy es viernes, no puedes poner
ni una sola excusa
14:25pm.

Jimin te traerá a casa en
la moto, ya lo sabe
14:26am.

Lo amenacé de que te traiga
entera o sino lo mataré
14:26pm.

Ya le pedí permiso a tus padres,
y dijeron que sí
14:27pm.

No hace falta que traigas ropa
te prestaré la mía
14:27pm.

Además, mi abuela te extraña
14:27pm.

Bueno, extraña el chismerio
pero también te extraña a ti
14:28pm.

Prometí devolverte el lunes
a la mañana :D
14:28pm.

Reí ante la lluvia de mensajes que recibí de Hyesoo. No me sonaba nada mal  pasar todo el fin de semana con ella, es más lo necesitaba habían muchas cosas de las cuales no hemos tenido oportunidad de hablar. Tecleé una respuesta pero nunca la mandé por un inesperado choqué contra algo. O alguien.

Cerré mis ojos para seguido emitir un quejido de dolor, pues mi rostro terminó estampadose en el pecho de la persona. Lo que dejaba en evidencia que la persona era mucho más alta y además, de género masculino.

─Disculpa, ¿estás bien? ─preguntó con notoria preocupación─. ¿Dahyun?

Conocí su voz al instante. Era inconfundible su tonada. Abrí mis ojos con rapidez y total sorpresa. De todas las posibles personas con las cuales podría haber chocado, no esperaba encontrarme con él; lucía tan lindo como siempre, con una mediana sonrisa sin mostrar sus dientes pero dejando en vista sus hoyuelos. Una imágen digna de ser tatuada en mi mente, como las demás imágenes que tengo de él.

Que bello hombre, por Dios.

─Dahyun, ¿Estás bien? ─preguntó nuevamente, sentí sus manos apoyarse en mis hombros para luego moverme un poco gentilmente y así traerme a la realidad.

─Ah, yo, sí, bien, tú, ¿Tú estás bien? ─formulé apenas.

Sé que estoy actuando como una completa tonta al no poder hablar correctamente frente al chico que me gusta, pero era Namjoon. Su sola presencia logra alterar mi sistema nervioso, respiratorio, locomotor y circulatorio. Como así también, logra afectar demasiado a mi cerebro y mi sentido coherente.

─Estoy muy bien ─respondió mientras quitaba con suavidad sus manos de mis hombros─. ¿Tu nariz está bien? Está algo roja.

Definitivamente, Namjoon era un ser extremadamente de luz perfecto. Si llegará a tener novia, esa chica sería la más afortunada y la hija favorita de Dios.

Dios, yo también soy tu hija.

─Sí... Se golpeó apenas ─respondí a lo que él asistió con una sonrisa. Si me sonríe una vez más, me veré en la obligación de tocar sus hoyuelos. Algo de lo que con seguridad me arrepentiré.

─¿Ya terminaron tus clases? ─inquirió mientras observaba mi bolso. Yo asentí─. ¿Te gustan las fiestas?

Mi rostro se mostró con total confusión. La pregunta no era mi duda, sino el motivo detrás de la pregunta. Nam notó mi incomprensión y volvió a hablar.

─Mañana un amigo organizará una fiesta y me pidió invitar personas ─hizo una mueca de molestia que le duró muy poco para luego sonreír─. Y me gustaría invitarte.

En estos momentos, estaba haciéndome un lío bárbaro en la cabeza. ¿Habré escuchado bien?. En mi interior, todo era demasiada felicidad. En el exterior, era una estatua. Me estaba debatiendo entre sí aceptar o no, pues no sabía de quien sería la fiesta pero rechazar su invitación sería totalmente descortés. Además, esta podría llegar a ser una posibilidad para acercarme más a Namjoon. Pero el recuerdo de algo me detuvó de aceptar su invitación.

Hyesoo y la pijamada.

Mordí mi labio controlandome de decir cualquier estupides y pensando en como rechazarlo sin sonar descortés. Bajé mi mirada para evitarme un trabalenguas.

─Yo, yo lo siento, no puedo aceptar... P-pasaré todo el fin de semana con mi amiga ─subí mi mirada para observar su reacción. Sin embargo, no mostró enojo ni nada parecido.

─Entiendo, de hecho puedes ir con ella ─me dijo dándome una solución.

Aunque esa idea no sonaba mal, debía consultarlo con mi amiga. Ella planeó la pijama y ella tenía la última palabra.

─No prometo nada ─le dije a lo que él asistió─. Pero debo comsultarlo con ella.

─Esta bien ─sonrió─. No hay obligación alguna en ir, así que sino asisten no hay problema ─me aseguró.

─Gracias... Por la invitación ─hice una reverencia la cual el copio de inmediato.

─No tienes porque agradecer, Dahyun.

Él iba a decir algo más cuando se vió interrupido por el sonido de una llamada entrante a su celular. Buscó su móvil y lo sacó del bolsillo de su sudadera marrón.

─Disculpa, debo irme ─informó con prisa─. Nos vemos en la fiesta, si es que vas ─me dió una última sonrisa y se fue corriendo hacia la salida mientras atendía la llamada.

Me quedé ahí, en medio del pasillo embobada observando como aquel chico desaparecía por las puertas principales de la universidad. Hasta corriendo se veía lindo.

─Con toda la baba que estas dejando caer, vas a inundar la universidad ─escuché a mis espaldas de repente, lo cual me asustó mucho. Me giré y me encontré con un muchacho cruzado de brazos y una sonrisa burlona.

─Jimin, me asustaste, casi me da algo ─dije mostrando una mueca de enojo.

─Casi te da un orgasmo mientras mirabas a Namjoon.

─Cállate ─le dí una mirada molesta y comencé a caminar para alejarme de él.

Un calor interno se desplazó por todo mi cuerpo. Apresuré el paso para llegar al lado de la Harley de mi amiga. Desgraciadamente, debía ir en la moto con Jimin.

─¿Desde cuándo los tomates caminan? ─comentó entre risas llegando a donde estaba.

─A veces me caes bien, otras veces me dan ganas de matarte.

Lo que dije sólo hizo que su risa se intensificara más. Se subió a la moto y yo también hice lo mismo.

─Hyunnie, los tomates son inofensivos ─luego de que dijera aquello, le dí un golpe en su brazo molesta.

Entre risas y más burlas arrancó la moto y salimos rumbo a su casa. Durante el camino, recordé algo que era de suma importancia y que en el momento lo había pasado desapercibido. Namjoon nunca me dijo la dirección de la fiesta ni mucho menos la hora. Es más, ni siquiera me pidió mi número. Aunque yo tenía el suyo y le podría enviar un mensaje pidiendo los datos de la fiesta, hacer eso me dejaría en evidencia de que yo ya tenía su número. Y por culpa de ello me encontraba en una enorme indecisión.

¿Qué demonios hago?

𝐍𝐔́𝐌𝐄𝐑𝐎 𝐄𝐐𝐔𝐈𝐕𝐎𝐂𝐀𝐃𝐎 | 𝐉𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora