𝐍𝐄┊A Dahyun le gusta el violeta.
A Jungkook, el negro.
A Dahyun le dan miedo muchas cosas.
A Jungkook, le da igual.
A Dahyun le gusta Namjoon.
A Jungkook, que nadie lo moleste.
¿Quién diría que un pequeño accidente unirá vidas tan diferentes?
Ell...
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Mentiría sino dijera que durante todo el trayecto en el auto, tuve los nervios a flor de piel, pero que los disimule por pedido de Namjoon. Mentiría sino dijera que me gustó el silencio que se creó entre ambos, mientras se reproducían sus canciones, que por cierto tenía un excelente gusto por la música.
No me había percatado del momento en que Namjoon aparcó su camioneta, me dí cuenta recién en el momento en el cual él abrió la puerta de copiloto y me tendió su mano. La tomé de inmediato, fue una respuesta involuntaria de mi mente pero voluntaria de mi cuerpo.
Salí del vehículo, llegandome de lleno la fresca brisa de la noche, la música fuerte fue lo primero que llegó a mis oídos, y el lugar repleto de gente lo primero que captó mi mirada. Estaba anonadada ante semejante ambiente. Me encontraba shockeada mirando a detalle el lugar donde estaba siendo organizada la fiesta. Era una casa exageradamente enorme y, a la vista, demasiado lujosa.
Es la casa de un chaebol, creo, bueno, si parece.
─¿Entramos? ─la voz de Namjoon me sacó de mi transe, lo miré y asentí levemente.
A esta altura me sentía extremadamente pequeña y sentía que si entraba me perdería en algún rincón; y si, eso me daba miedo, porque no conocía a nadie más que a Namjoon, Hyesoo o Jimin. Tantos rostros desconocidos me generaban inseguridad.
¿Dónde están Hye y Jimin?
Antes de siquiera permitirle dar un paso al frente llamé la atención del chico alto a mi lado.
─Nam, ¿Sabes si Hye y Jimin ya llegaron?
El moreno me miró negando ante mi pregunta. Entonces, me preocupé.
¿Por qué aún no habían llegado? Eran millones las preguntas que tenía rondando en mi cabeza. Estaba preocupada por ellos, obviamente, pero también me daba miedo entrar en un lugar completamente desconocido con gente desconocida.
Sentí como una mano se apoyó en mi hombro, aquel tacto repentino me había tomado por sorpresa, logrando que diera un diminuto grito por el susto. Miré aquel brazo y miré a quién le pertenecía, y mi corazón enloqueció.
─Vamos, no te voy a dejar sola ─me dedicó una linda sonrisa para luego llevarme con él hacia el lugar
Si afuera la música se escuchaba fuerte, adentro mi cerebro y el resto de mis órganos retumbaban ante el sonido. Y aunque el lugar era enorme, la cantidad de gente que había abarrotaba la casa, por lo cual no nos podíamos mover cómodamente.
Miraba con disimulo tratando de reconocer algún rostro fracasando en el intento.
Con Namjoon logramos llegar a la zona de las bebidas, la cocina, y decidimos quedarnos ahí, ya que había menos gente. En todo el trayecto desde que entramos hasta que llegamos, noté como el morenos saludo a muchísimas personas; eso si era tener vida social y, además, activa.