04

371 48 5
                                    

Y rápidamente ya era de mañana, escuchaba a algunas aves graznar y al mar mecerse con serenidad, al abrir los ojos y se encontró una brillante vista, salió del pequeño rincón en donde se encontraba, y notó como estaban ya lejos del puerto de Liyue, con las anclas abajo y cerca de unas islas, al momento había algunas personas en cubierta, no creía lo rápido que habían vuelto a sus puestos, y de un momento a otro paso a ser el centro de atención al estar ya entre los marineros, sin duda no parecía que mucha gente de fuera de los de la tripulación entraran a la flota sin motivo aparente, y ahora que reconocía el prestigio lo comprendía.

Nadie le dijo nada, parecía que alguien ya les haya hablado de su estadía ahí, ahora ciertamente no sabía que hacer, había aceptado subir a la flota sin saber que destino le esperaba, buscó con la mirada a la simpática capitana que se había ganado un puesto en su lista de ''humanos soportables''.

El chico solo quería conocer lo que le esperaba en los próximos días, o mejor dicho, lo que esperaba la embarcación por pasar.

Luego de casi dos minutos la logra ver en la parte de arriba, junto a alguien que parece ver un montón de papeles.

—Esto es lo que hemos gastado para las reservas de suministros, nos a alcanzado el presupuesto previsto así que se puede proseguir con normalidad. —Le escuchó decir a la persona que se encontraba al lado de quien leía varios papeles diciendo ciertas partes en voz alta, aparentemente estaba analizando la mora gastada.

—Bien, si eso es todo podemos continuar normal. —Se le veía satisfecha con el resultado, luego de despedirse amigablemente se dirigió a la parte baja de la cubierta y se encontró con el viajero de sombrero grande, Wanderer no se había dado cuenta en que momento se quedó escuchando la conversación a medio camino de llegar a su cometido, realmente no le interesaban esos temas, mas sí lo relacionado con ese barco, aunque a su manera, probablemente fuera eso lo que lo dejo escuchando con atención.

—¡Oh! Buenos días amigo, ¿necesitas algo? —Le preguntó la mujer saludandole con la mano.

—Yo simplemente deseo saber a donde nos dirigiremos. —Respondió el pelinegro sin mucho rollo.

—Por supuesto, a ver... estamos planeando ir por Mondstadt a comerciar algunas cosas que nos quedaron de Inazuma, parece que van a entrar en época festiva y es una buena oportunidad, por ahora veremos que tal nos va por allá y luego continuaremos como el destino quiera. —Se tomo su tiempo para pensar bien esa respuesta y terminó siendo algo vagante entre varios temas que no le interesaban, pero con siquiera conseguir una respuesta le bastaba.

—De acuerdo. —Asintió con la cabeza pensando en ir a dar una vuelta por el barco pero la voz de quien le estaba hablando lo detuvo.

—¿Planeas simplemente ir por el barco?, esta embarcación se ve muy bien, pero primero tienes que conocerla mejor, ven amigo, te tengo que enseñar algunas cosas.

No entendía a que se refería con lo último, pero pasar el rato con algo no era mala idea para adaptarse a estar ahí, sin duda no iba a ser el único día en esa flota.

Le dio un corto recorrido al barco junto con una pequeña charla sobre su tripulación, pasando un buen rato así terminó de conocer parte del barco, lo esencial al menos.

—¿Cómo estás segura de que me quedaré un tiempo? —Le estaba pareciendo extraño lo mucho que se abría en cuanto a información de la embarcación, y dada la fama de la misma no lo entendía.

—¿Hum?, ¿no será así? No eres alguien que parezca ocupado en la vida, y no creo que hayas aceptado subir a este barco para pasar un día e irte, ¿o sí? —Analizó con la mirada al chico, sus predicciones no solían fallar y estaba interesada en que cosas podía contar el pelinegro.

Sentimiento Humano // KazuscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora