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Habían estado comiendo en la tranquila ciudad, cuando de un momento a otro y sin delicadeza alguna, Beidou se levanta de su asiento y saluda a alguien, con el gesto de alzar la mano y agitarla.

No tarda mucho en volver a sentarse con cuidado, y brevemente se aclara la garganta para hablar.

—Lamento eso, Kazuha parece haber llegado a la ciudad. —Dice con una voz tranquila mientras da una mirada rápida a su delante para ver si se estaba acercando, ya que desde su asiento podía ver cierta parte de la entrada principal. —Sí lo conociste, ¿no? —La pregunta salió por tener algo que decir, pues no podía olvidar la vez que los intentó presentar, recordándolo con cierta gracia y pena de no haberse logrado del todo aparentemente.

—¿Uhm? —Wanderer había perdido el hilo de la conversación en el momento en que se mencionó a esa persona, a Kazuha, pues una extraña sensación de amargura se seguía sintiendo al pensar en ese humano, sin razón, seguía tomándole mucha importancia a ese singular viajero con apariencia extrañamente angustiante para sus recuerdos.

Tras haberse perdido la conversación se quedaron en silencio unos segundos algo extensos para los dos, pues esperando anticipadamente respuesta, Beidou había comenzado a comer un gran trozo de su comida, y Wanderer para no notar el inusual silencio terminó haciendo lo mismo.

En unos segundos, cortos pasos se comenzaron a escuchar acercándose en completa serenidad.

—Beidou... —Aquel joven de cabellos platinos cortó sus palabras al notar que tenía acompañante, uno que evitó el contacto visual apenas él dijo palabra.

—¿Qué tal, Kazuha? —Preguntó la mujer luego de terminar de pasar su trozo de comida por completo.

—Oh, muy bien, la brisa aquí es fascinante. —Respondió, no sin antes haber notado quien era la compañía de su capitana, y con algo de duda sobre la resolución de la "desaparición" del hombre de sombrero apenas llegada la embarcación al puerto de Mondstadt, pues algunos habían estado hablado del asunto cuando sucedió.

—¿Has venido a la ciudad por algo en especial? —Ella sabía que las paradas de su amigo errante no eran muy específicas, por eso le gustaba preguntar siempre sobre el tema.

—He querido reencontrarme con algunas amistades hechas en esta ciudad. —Una sonrisa sincera acompañó sus palabras y un tono de tranquilidad las decoró para que sonarán de una manera agradable para cualquiera, eso fue lo que pensó Wanderer al por fin mirar al joven de rojizo mechón, sin mucha razón de la exageración repentina que sufrieron sus ideas, seriamente se cuestionó de la posibilidad de estar enfermo.

Un pequeño intercambio de palabras entre los otros dos, dejó a Wanderer con la posibilidad de darse algo de sentido a sí mismo, mejor dicho a las inusuales ideas que surcaban su mente.

Cada vez que lo volvía a ver, sus pensamientos se volvían más extraños de alguna manera que no comprendía gracias al poco tiempo de meditación que le dedicaba a esos aspectos, tal vez necesitaba algún consejo de la arconte Dendro.

—Oh, que te vaya bien entonces. —Le despidió con la mano mientras el otro se alejaba cada vez más y se volvía a perder entre las calles de la ciudad.

Wanderer seguía pensando en lo útil que sería una Nahida portátil, pues las interrogantes se acumulaban en su cabeza.

—Hey, ¿todo bien? —Con el silencio era más sencillo darse cuenta que el de cabellos oscuros tenía la mirada algo perdida en la nada, pareciendo estar imaginándose toda una tesis o algo similar.

"No lo se" Sin darse cuenta, sentía su interés a lo que desconocía subir exponencialmente con las dudas en la cabeza que le generaba tal dualidad de hablar o no hablar, totalmente extrañas en sí.

Sentimiento Humano // KazuscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora