Capítulo 37.

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Londres, 23 de mayo del 2020

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Londres, 23 de mayo del 2020

Me duele todo el cuerpo, siento que mi cabeza va a explotar en cualquier momento, intento abrir mis ojos, pero me pesan, me remuevo en la cama, suelto un suspiro escucho voces, pero no logro distinguir de quienes pertenecen, son como murmullos lejanos, tengo la boca pastosa y siento la garganta seca, parpadeo para acoplarme a la pequeña luz que entra por las ventanas, no hay nadie en la habitación, estoy sola.

Trato de bajarme de la cama con cuidado, arrastrando mis pies hasta el baño, me siento en el excusado para hacer mis necesidades, luego cuando termino me lavo las manos y el rostro, tengo el labio inferior roto, el ojo morado y moretones en todo el cuerpo, entro a la ducha abro el grifo suelto un jadeo de alivio cuando el agua caliente toca mi piel, aliviando los dolores en cuestión de minutos, cierro mis ojos y lo acerco al chorro de agua, masajeo mi cuerpo con jabón haciendo espuma.

Salgo del baño completamente seca, sigo en la habitación de Damon, así que tengo que coger el riesgo de salir en toalla hasta la mía y encontrarme con él o alguien, abro la puerta, asomo la cabeza, miro a los dos lados, como no hay nadie, aprovecho ese momento, camino a mi puerta, cuando estoy dentro voy hasta mi maleta busco que ponerme, tengo que llamar a papá, aunque no quiero, me da miedo que se decepcione de mí.

Me duele un poco el cuello, no sé dónde está mi teléfono, aprovecho para arreglar mi maleta con toda mi ropa, recogiendo todas mis cosas, los zapatos y el maquillaje también, me hago una coleta alta, tengo mucha sed así que agarro un vaso para servirme del jarrón de agua, me tomo dos vasos, me siento en la cama para descansar un rato y armarme de valor para bajar e irme de aquí, tocan la puerta digo adelante pensando que es Dianora o Damon, pero me toma por sorpresa ver quién está entrando.

—Papá.

—Mi bebé —sus brazos rodean mi cuerpo y me rompo a llorar, susurra palabras lindas en mi oído para intentar calmarme —. Solo quiero saber si estás bien.

—Bueno, con el ojo morado, pero bien creo que me queda bien, es un nuevo diseño —me sorbo la nariz y nos reímos —. Yo, umm, ¿Necesitaré un abogado?

—No, el abogado lo necesitará él, porque se va a pudrir en la cárcel por todo lo que te hizo, ya presenté la denuncia, su papá intento hablar conmigo para llegar a un acuerdo, pero le dije que el único acuerdo que aceptaré es pegarle un tiro en la frente a su hijo y le colgué —papá habla con rudeza, su cuerpo esta tenso y solo asiento a lo que él dice —. ¿Tienes todo listo?

—Sí, terminaba de arreglar todo antes de que entrarás.

Mis ojos recorren toda la habitación buscando mi teléfono, pero no lo encuentro, solo veo mi cargador pegado al enchufé, lo guardo en mi cartera, papá agarra la maleta y me quita la pequeña de las manos, me pongo unos lentes, me miro las manos que no tiene rastros de sangre y trago con fuerza cuando salimos de la habitación, la casa se escucha silenciosa, aunque sé que todos están en la sala, a la primera que veo es a Dianora y luego a sus hijos, me contengo para no mirar a Damon.

Obsesión Peligrosa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora