Epílogo.

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Roma, Italia, 22 de noviembre del 2026

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Roma, Italia, 22 de noviembre del 2026

Por. Damon

Regresar a casa después de una larga jornada de trabajo y encontrarme con el rostro de mi mujer dándome la bienvenida, me provoca una sonrisa de inmediato, la abrazo rodeando mis manos en su cintura, apoya su cabeza en mi hombro, respiro su aroma, no puedo imaginarme una vida sin Gianna, tenerla en mis brazos es la mejor sensación que puedo experimentar, besarla, acariciar y sentirla la considero como la octava maravilla del mundo.

—Tengo una sorpresa preparada para ti.

—Estoy ansioso por descubrir que es, pero quedémonos unos segundos más así abrazados.

—Bien, pero solo unos segundos.

Su voz se escucha ansiosa, no sé qué me quiere enseñar, podría imaginármelo ya que hoy es mi cumpleaños, ella siempre busca la manera de que cada año sea especial e inolvidable, aunque no tiene que hacer mucho, yo me conformo con pasar todo el rato entre sus brazos acariciándola y comiendo algo sencillo, pero Gianna no, y eso me hace amarla cada vez más, porque es demasiada creativa, no tiene miedo en demostrarlo.

Me despego de ella a regañadientes, Gianna solo se ríe, solo lo hago para ponerme algo cómodo, ella dice que me estará esperando en la sala mientras me ve subiendo la escalera, llego a la puerta de nuestra habitación quitándome los zapatos, el saco y la camisa, echándola en el cesto de la ropa sucio, junto con los pantalones, entro al baño para ducharme con una estúpida sonrisa en mi rostro, no soy muy amante de las celebraciones, pero con ella todo es diferente.

Hace siete años que estamos juntos, aunque se escuche mucho, para mí se siente tan poco, me gustaría que fuéramos eternos, para estar juntos por siempre, pero ya que no se puede, la amaré todos los días con la misma intensidad hasta que de mi último aliento, porque Gianna se lo merece, es la mujer de mi vida, el amor más bonito y sano que he tenido, miro hacia atrás y no me sorprende en lo que nos hemos convertido juntos como pareja a través de los años.

Salgo de la ducha, buscando algo cómodo en el closet, tuve que mandarlo a agrandar porque ya no había espacio para la ropa de Gianna, he estado un poco indispuesto en esta última semana, con demasiado sueño y nauseas, mamá dice que pude haber pescado un virus estomacal, no lo dudo porque no hay razón validad para que me sienta así, tan casando y queriendo vomitar de cualquier olor medio extraño que llegue hasta mí.

Por lo menos desde antes de ayer me siento mejor, termino de vestirme para bajar, la veo frunciendo el ceño mientras ve algo en su teléfono, no sé qué tiene, pero la veo cada vez más hermosa, su rostro tiene un brillo especial, no me cansaría de observarla, me encanta mirarla fijamente, no perderme ni una de las reacciones de su cara o de su cuerpo, me tiene completamente cautivado, levanta la vista de repente y sonríe, mi corazón palpita descontroladamente en mi pecho queriendo salirse.

Obsesión Peligrosa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora