Capítulo 23.

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+18Levanten las manos pecadoras 🌚🔥

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Levanten las manos
pecadoras 🌚🔥

Londres, 17 de abril del 2020

Hoy me levante con ganas de visitar a Damon y aquí ando, estaciono el auto en el subterráneo, sé que papá no se encuentra aquí hoy, porque anda en una reunión de negocios con unos rusos, así que puedo escabullirme sin temor a que me encuentre rondando por aquí, mi tío tampoco está, sigue de viaje este, es mi momento y lo aprovecharé, me miro en el espejo del ascensor, me puse algo sencillo, una camisa corta blanca y una falda negra con un escote en la pierna izquierda y ondule mi pelo, me siento bonita.

Antes de venir aquí, me detuve en una gasolinera, compré dulces y un tarro de helado, no quería llegar con las manos vacías, aunque quizás él no quiera, pero yo sí, marco el último piso y cuando las puertas se abren, veo a la recepcionista hablando por teléfono, hago como si fuera a visitar a papá y la saludo cuando paso por su lado, la secretaria de papá está tecleando en la laptop y levanta la mirada cuando me ve.

—Buenas tardes, señorita Woodsen.

—Buenas tardes, Eva —le sonrió y me apoyo en su escritorio, disimulo mi ansiedad y juego con la correa de mi cartera —. ¿Papá está aquí?

—Su padre está en una reunión con unos inversionistas en la ciudad, pero podría llamarlo y decirle que usted está aquí buscándolo —eso ya lo sé, pero hay que disimular, levanta su teléfono rápidamente y la detengo.

—No te preocupes, solo pasaba a saludarlo —me alejo como si volviera a la salida y luego me devuelvo —. ¿Sabes dónde queda la oficina de Ricciardi?

—Al final de este pasillo, la última puerta.

Al final del pasillo, sonrió para mis adentros, un pasillo donde casi nadie transita, mejor para mí, si no me ven, no se entera, le regalo uno paquete de dulces y le agradezco, es una interesante decisión, tener la oficina más alejada y escondida, me atrevo a apostar que la escogió para que nadie vaya a molestarlo o estén curioseando con lo que hace en su lugar de trabajo.

La mesa de la que creo que es su secretaria está vacía, mejor aún, así no le avisa que estoy aquí o si se pone a preguntarme si tengo una cita agendada, no hay mucha diferencia la entrada de las oficinas de esta empresa, todas tienen una puerta de cristal, pero solo las de los dueños y socios pueden estar polarizadas, escucho como se mueve dentro de la oficina y sonrió, doy suaves toques a la puerta y me muevo impacientemente mirando a los lados.

—Adelante —su voz se escucha ronca.

Cuándo entro a la oficina es idéntica a la de papá, pero menos espaciosa y sin un cactus, Damon tiene la mirada fija en su laptop y observo su rostro, cejas fruncidas y pasa una de sus manos por su cabeza, se ve como un dios griego, me aclaro la garganta y sus ojos se despegan de la pantalla y su expresión facial cambia cuándo me ve, su sonrisa crece y sus ojos me miran como si... 

Obsesión Peligrosa ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora