Capítulo 6

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2 días antes

Tus manos tocando y descubriendo cada parte de mi abdomen y costillas, nuestras respiraciones agitadas no se comparaban en nada al fuerte viento que azotaba la ventana de mi habitación, nuestros cuerpos yacían cada uno en frente del otro, compartiendo oxigeno y calor bajo las esponjosas y tibias sábanas de mi cama.

Tus manos lo encontraron, encontraron el punto que tanto buscaban, y cuando lo tocas por segunda vez no pude evitar emitir un...

—jJAJAJAJAJAJ ¡NO! ¡NO! ¡NO MÁS!

— OH VAMOS ____, SÉ QUE TE GUSTAN LAS COSQUILLAS.

— ¡NO! ¡AJAJAJA YA! AIDAN AJAJAJAJAJ ¡¡YAAAA!!

Mis mejillas tomaban un color carmesí y mis ojos se achinaban a tal punto que no me permitian ver! Mi cabello revuelto y despeinado chocaba en tu pecho, a causa de los espasmos que me daban cada toque tuyo en mi sensible piel.

Tú parecias disfrutarlo, tus manos viajaban una y otra vez, encontrando lo que era mi punto débil, y me hacias estremeser y a la vez desfallecer.

Pero he tomado ventaja de liberarme de tus manos y poder lanzame sobre tu cuerpo y ésta vez ser yo quien tome el control de todo...

—JAJAJAJAJA ____ ¡NO! YA NO... AJAJAJA

—OH VAMOS AIDAN SÉ QUE TE GUSTAN LAS COSQUILLAS...

¡Lo amaba! Simplemente adoraba el simple hecho de estar a tu lado, ser yo quien pueda besarte, tocarte y mimarte sin límite.

Pero cuando estaba tan sumido en tu melodiosa y Graciosa risa, ¡te levantas y atacas de nuevo!

Ahora los dos en medio de espasmos producidos por nuestras risas intentábamos evitar el contacto de las manos ajenas, haciendo que nuestros cuerpos se muevan en descontrol.

Nada podía ser más perfecto...

— ¡Ya! ____

Esta vez te hice caso y paré, viendote desde arriba, contemplandote a tí, a tí y a tu bendita sonrisa. No sé en qué momento tiramos las sábanas y yo me encontraba a horcadas sobre ti.

Tus manos se deslizaron por debajo de mi camisa, hasta tomar de manera demandante mi cintura acercándome más a tu cuerpo.

Tu respiración se mezclaba con la mía, nuestros cuerpos mantenían una fina capa de sudor y ese calor que a cualquiera acogeria, tus ojos se posaron con sorna sobre los míos, y me sonreíste.

—Mía.

Me apegaste completamente a tu fornido ser para luego tomar las sábanas de la cama y cubrirnos con ellas hasta nuestro cuello, sintiendo como la suave seda se deslizaba por todo nuestro cuerpo.

— Eres solo mía, ____ ____.

Mis ojos se abrieron cual plato, mis manos te rodearon rápidamente, haciendote saber lo que tus firmes palabras provocaron en mi.

Mis labios se curvaron hacia arriba resoplando un pequeño...

—Lo fui desde que te vi...

Mis labios se posaron sobre los tuyos fundiendonos en un beso lleno de delicadeza y pureza, uno suave pero firme. Luego de despegarme de tu boca y acomodarme a un costado tuyo recayéndo mi cabeza sobre tu pecho, mis ojos cerrar y lo único que mis labios pudieron articular fue...

—Buenas noches Aidan Gallagher.

Y puedo jurar, que justo cuando estuve a punto de caer a los brazos de Morfeo* pude escucharte susurrar algo que hizo que mi corazón casi explote y se llene de un éxtasis de tanta felicidad.

«Buenas noches, mi _____».

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Amor ɑ mediɑs || Aidɑn GɑllɑgherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora