Capítulo 9

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0 días antes, 0 días después

Luego de salir del cine, los dos se dirigian hacia el auto del castaño, sus pulsos acelerados al tacto de sus pieles se iban desvaneciendo al sentir los labios del otro sobre los mismos suyos.

Era un beso lleno de pureza, de inocencia, de necedad, de amor y nostalgia.

Como un beso de despedida...

Luego de la sesión de besos, el castaño se dispuso a arrancar el auto, saliendo del sótano del centro comercial, encontraron una fuerte tormenta que hizo sobresaltar a la pequeña castaña que el de hebras castañas traía consigo.

— Tranquila _____, llegarémos rápido a casa.

El castaño de alguna extraña forma, se volvía a sentir inquieto, incluso después de pasar una tarde estupénda con su novia, simplemente quiso no pensar en eso y relajarse.

— ¡La pelicula me hizo llorar mucho! El chico vivió con el dolor en su corazón de que su novia ¡murió por salvarlo a el! Aún recuerdo la escena en donde él le pone el cinturón de seguridad cuando salen a su cita...

El castaño vio de reojo a la rizada, y alargó su brazo, solo para ponerle ese mismo cinturón alrededor del pecho y cintura de la castaña.

— Aidan...

El castaño decidió ignorar a su pequeña novia ya que sabía que quizás le iba a reclamar sobre su sobreprotección, por lo que mejor juntó sus belfos con los de la rizada en un casto y pequeño beso, susurrando un:

—Te amo...

La lluvia parecía no cesar su diluvio, así como el castaño parecía no soltar la mano de su acompañante, su vista hacia la autopista era impedida por el agua escurriendo en el vidrio, y por más que intentaba apartarla con el parabrisas, fracasaba.

— ____, me estacionaré aquí, no quiero seguir manejando y que por las llantas mojadas tengamos un accidente o algo así ¿si?

— Está bien mi Aidan.

El castaño encendió la calefacción y se acurrucó junto con ____, sus manos se entrelazaron y Aidan comenzó a darle leves caricias a la cabeza de la castaña.

Y es que estar de esa forma, tan sumisa y delicada con la persona que más ama en éste horrible mundo lo hacía sentir mejor y seguro, la tersa piel de su novia lo hacía sentir tan afortunado y amado, era tan suave, delicada y embriagadoramente olorosa, su cabello, castañ sedoso como el cabello de un ángel, no es como si el castaño ya hubiera visto uno pero podría asegurar que ese cabello sedoso y escencial que poseía ____ eran igual a el de los seres con alas, y de su rostro ni hablemos, a Aidan le encantaba delinear todo su perfilado y perfecto rostro con sus ojos verdes, los ojos de su amada se miraban tan tiernos y puros que juró que no merecía siquiera de mirarlos, sus labios eran como el pecado en carne pura, tan suaves y malditamente exquisitos a su toque lo hacian volver miserable y podría jurar que sus labios no aguantarían estar tanto tiempo separados de los de su novia.

Porque si, Aidan se sentía tan jodidamente atraído y enamorado de lo que era su ahora novia, su corazón latía de una manera sobrehumana al ver que ____ le sonreía al verlo tan perdido en su rostro y cuerpo, sus labios se curvaron hacia arriba mientras su rostro se acercaba al contrario, sientiendo como sus respiraciones se envolvían y jugaban alrededor de las mejillas de los dos, sus ojos se encontraron solo para cerrarce y juntar sus belfos en un solo vaivén que al parecer danzaban con el cantar de los grillos que se encontraban afuera del auto.

Como la primera vez....

— ¡¡¡¡BIIIIIIIIIIPPP!!!!

Sus ojos se abrieron abrutamente separándose de los labios contrarios, y alzándo la cabeza hacia el frente.

— _____ ¡ATRÁS!

Sus manos temblorosas desesperaron buscando el cinturón que tenía atado a _____, moviéndolo en un sólo toque hacia los asientos traseros.

El camión, ese estúpido camión....

Las llantas emitían un sonido ensordecedor al deslizarse por el camino mojado, su control y necesidad de parar eran cegadas por la fuerte tormenta que caía...

Aidan se arrojó sobre _____ al ver como la luz del camión que venía hacia ellos se intensificaba cada vez más, apenas y pudo verla para darle un último beso y susurrarle un:

—No quiero amarte a medias...

Su cuerpo se tensó al oír de nuevo ese sonido...

— ¡BIIIIIIIIIP!

Sus ojos se cerraron, una sonrisa apareció en su rostro, sabía de que si moría, por lo menos salvaría a quien es y será el amor de su vida, comenzó poniendo sus manos afianzadas al sillon trasero, separándose lo más posible de _____, apretó sus ojos, solo para recibir el impacto....

Por ella...

Por su novia...

Por _____...

— ¡AIDAN!

Fue lo único que escuchó antes de oír un estruendo y sentir como su espalda y nuca ardían y dolían como el infierno, su manos se aferraron al asiento de la rizada porque tenía que sostener todo el peso posible, para que su preciada novia no saliera lastimada.

Sus manos ya no daban para más, sus ojos parecían ya no tener fuerza, y sentía como vidrios y metales se iban incrustando y raspando su espalda y cabeza haciendo que sangre saliera por tán desgarrador y fuerte golpe.

— ¡Aidan! ¡Porque haces esto!

Sus ojos....

Esos ojos que tanto amaba...

Estaban vidriosos...

Estaban asi por su culpa...

Dolía más que los raspones y golpes de los fierros y metales...

_____ no podía con aquello, su novio, su Aidan, su amado, estaba sufriendo, sangrando y muriendo.

Estaba muriendo lenta y dolorosamente por ella...

Su corazón dolió y ardió al ver como Aidan aguadaba su agarre del asiento, mientras la miraba, con ojos de cansancio y dolor mientras sangre escurria desde su cabeza hasta la barbilla de su rostro bajando desde su cuello hasta su pecho...

Y cuando Aidan por fin, cedió al dolor y sufrimiento, cuando por fin pudo soltar su agarre del asiento y caer rendido al hombro de su novia...

Sonrió...

Lo había logrado...

Había logrado protegerla...

O eso pensaba....

— A-Aidan... D-Duele...

Y eso fue lo que lo hizo reaccionar, sus ojos fueron a parar al rostro de ____, pero no encontró ningún rasguño, ni una pizca de sangre, hasta que bajó la mirada y se encontró con el pecho de la castaña...

Un pedazo de metal...

¡Un maldito metal estaba traspasando el pecho y abdomen de su novia!

Pero tristemente no pudo hacer nada más...

El dolor se iba desvaneciendo, no sentía su cuerpo, y el sonido de las ambulancias se le hacían cada vez más lejos, convirtiéndose en nada más que en un mísero sonido y sus ojos se cerraron quedándose así...

En una desesperante e inquietante oscuridad.....

Amor ɑ mediɑs || Aidɑn GɑllɑgherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora