Mew Suppasit es un guapo y talentoso músico y cantante tailandés de veintisiete años, el cual es muy consciente de que es el amor platónico de muchas y muchos fans en su país. Sin embargo, su corazón se mantiene cerrado a cualquier intento de entrar...
Con el regreso del adolescente, todo fue más fácil en cuanto al trabajo pues todo estuvo listo para realizar las fotos promocionales, también ultimar los ensayos de los bailes y la canción que compartirían juntos en el escenario del auditorio, donde se celebraría el lanzamiento del disco.
Con el paso de los días, la relación del menor y el músico pasó por muchos altibajos pues mientras uno usaba todo su arsenal para poder hechizar al hombre de sus sueños, el otro totalmente consciente de su atracción, ya no sabía que inventarse para no caer en la tentación.
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Aún así, eso conllevó a que el representante estuviera muy molesto con la actitud de su representado, por lo que harto de esperar, llegó una noche en la que este decidió enfrentar a su amigo de una vez por todas.
Gulf ya se había acostado y el músico estaba en su habitación entreteniendose con unas partituras, entonces escuchó unos toques en su puerta.
...-¿Si?
-Soy yo, ¿Podemos hablar?
Mew suspiró con resignación pues no le apetecía nada de nada recibir algún sermón por parte de su representante pero accedió.
-Si pasa, está abierto.
AA apareció muy serio, cogió una silla junto al aparador y se acercó a la cama de este.
-Necesito que aclaremos las cosas
Su amigo lo miró confuso mientras dejaba las partituras sobre su mesilla.
-¿Por qué te ves tan molesto?, ¿Acaso hay algún problema con la promoción?
El representante negó.
-No, no es nada de eso...emm, quiero que hablemos sobre Gulf.
-¿Gulf?, ¿Qué ocurre con él?
AA tragó duro.
-Bueno, es que me he dado cuenta de que él...bueno, él ...
-Oye déjate de misterios y habla claro, ¿qué es lo que pasa?, suéltalo ya-se impacientó el músico.
-Verás es qué creo que le estás dado mucha manga ancha y se está creyendo lo que no es
-¿De qué demonios hablas?
-Soy tu amigo y quiero advertirte que lo que estás haciendo puede acabar en delito.
El músico muy asombrado se levantó de la cama y comenzó a caminar por la habitación.
-Yo no he hecho nada, podría pero no lo he hecho, ¿De qué me estás acusando?
-Todos os ven que estáis muy juntos y...
-Bueno es normal, trabajamos codo con codo
-Si ya pero, los besos, los abrazos y los gestos llevan a creer que entre tú y él...
