IRRESPONSABLE [ +18 ] ㅡ Paredes X Dybala

05

Sus manos tantearon la suave superficie bajo su cuerpo, deteniéndose justo cuando sus dedos se enredaron en las sabanas blancas, estrujándolas con una ligera fuerza. Su mirada seguía conectada a los profundos ojos marrones, quedándose inmóvil y sin saber que hacer.

La repentina acción del Cuti lo tomó desprevenido. El tenerlo tan cerca lo ponía un poco nervioso por alguna razón, ¿sería que el perfume en realidad no hizo tanto efecto?

La situación dada lo llevaba a recordar escenas similares vividas con el defensor en lo que podría llamar "el pasado". Sus ojos habían bajado sin querer hasta los labios impropios, eran gruesos, suaves y mullidos; pensar que casi los había olvidado.

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──¿Querés?
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Sus miradas de nuevo se encontraron. Cristian esperaba ansioso una respuesta que jamás llegó. Soltó un suspiro y asintió, entendiendo todo antes de alejarse. Le dolía que incluso en un momento donde eran solamente ellos dos, Paulo probablemente, seguía pensando en Leandro.

Se acomodó otra vez en el borde de la cama como antes y se formó un silencio incómodo. Dybala no sabía que decir, sentía que cualquier cosa podría cagarla, mientras que Romero, él tenía un despelote mental.

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──Cris...

──No estoy enojado, tranqui ──el cordobés menor se giró desde su lugar para mirarlo, con una sonrisa y apoyando su mano cariñosamente sobre la rodilla de la joya──. Igual, sabés que la propuesta está siempre abierta para vos.

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Soltó una risa, antes de volver a inclinarse sobre Paulo para robarle de sus labios un beso rápido.

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Se levantó y se perdió hacia el lado de la sala, dejando al mayor sorprendido por el inesperado beso. Cuando por fin reaccionó, vio al otro volver con dos vasos. Dybala lo miró confundido y el Cuti se agachó para ver abajo de la cama, se escuchó algo siendo arrastrado y un "acá está". Se incorporó y re feliz dijo:

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──Mirá, mirá.
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Y le mostró una botella de fernet puro y bien tapado.

Paulo seguía duro en su lugar.

Le costó un poco salir del estado de shock en el que estaba. Juraba por sus viejos que creyó ahí mismo que el Cuti lo cogía. Sintió la tensión, esa tensión no podía ser por un fernet nada más, ¿o si?.

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──¿Fernet?

──Sí. También hay Coca si querés.

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El delantero se incorporó lentamente, sus manos estaban un poco temblorosas todavía. Buscó con su mirada hasta encontrar su celular en una mesita. Se paró y fue hasta ahí para agarrar el teléfono, lo prendió para ver la hora.

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──Boludo no son ni las cuatro de la tarde...

──¿Y?

──A parte ──depositó el celular en la mesa de nuevo y caminó hacia la cama otra vez, parando frente a una especie de heladera bajita pero larga──, ¿de dónde sacaste esto?

Se agachó para abrirla y descubrió en ella miles de bebidas alcohólicas frías.

──Contrabando, tengo mis secretos. ──Cuti se fue hasta la cocina en lo que su compañero chusmeaba las distintas botellas──. Pero bueno, ¿vamos a escabiar o vas a seguir dándome vueltas?

Cuestionó mientras volvía y acercaba los dos vasos de antes, dejándolos en una mesa ratona. El de ojos claros lo miró con cierta duda, pero al final asintió.