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Su concentración estaba siendo casi nula, su cabeza estaba todavía en Paulo y su descompensación, no podía ser de otra forma. La preocupación lo llevaba a la distracción, y la distracción lo conducía a cometer errores; sufrió un par de caídas y recibió múltiples pelotazos, como consecuencia también se comió algunas puteadas y una que otra cagada a pedos de Aimar quien era el único con ellos. Estaba cansado, quería irse a ver al cordobés, acompañarlo y cuidarlo; pedirle perdón por pelear con Cristian, porque seguramente a Paulo le molestó eso, después de todo Cuti era su mejor amigo.

Sus manos se apoyaron en sus rodillas y respiró agitado, se sentía ligeramente sofocado y extraño, era una sensación inexplicable, pero algo en él estaba inquieto. Sus ganas de estar con Paulo iban creciendo más, su pecho dolía ligeramente y se sentía algo así como desesperado. Levantó su cabeza y sus ojos azules chocaron con los de Romero, él estaba parado a unos cuantos metros suyos mirándolo fijamente. No supo leer su expresión, pero Leandro volvió a bajar la cabeza segundos después. Era incómodo, al final pelearse con un amigo siempre era doloroso, más para Paredes que podía llegar a ser un poco sensible y sentimental en cuanto a las personas que quería.

Escuchó el silbato y su cabeza se levantó en automático. Pablo anunció el fin del entrenamiento de ese día, mencionó que iban a terminar temprano por un motivo que Leandro no escuchó porque ya había salido rajando. Corriendo se dirigió al vestuario, pero antes de llegar, fue interceptado por Aimar quien lo paró poniéndole una mano en el pecho.

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──Leandro, esperáme un segundo que tengo que decirte algo.

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No sabía por qué razón, pero esas palabras le daban un poco de cagaso a Paredes. En dos minutos se le llenó el culo de preguntas y se hizo la cabeza a más no poder. Encima para colmo, Aimar no pudo haber elegido un peor momento para mandarlo a llamar, justo ahora que su ansiedad se disparaba por los cielos debido a su preocupación por Paulo.

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──Agarrá ese bolso y acompañame.

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La cabeza del más joven no dejaba de pensar en que los habían descubierto a Dybala y a él. Sabía que no habían llegado realmente hasta el final, pero sí habían faltado a su promesa. Tenía miedo, su estomago empezó a doler de los nervios y la sofocación aumentó, y la presión no sabía si le subía o le bajaba.

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──Sí. ──Fue su respuesta corta.

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Agarró un bolso grande lleno de herramientas para el entrenamiento, Pablo llevaba uno similar. Leandro pensó en que si no iría con él, probablemente el omega no podría con todo eso sólo de tan pesado que era.

Durante los primeros metros Leo intentó buscar alguna señal en el rostro del mayor, algo que le dijera que estaba en problemas o cualquier cosa, pero Aimar iba demasiado tranquilo.

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──¿Lisandro ya se sentirá mejor?

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El mediocampista frunció su entrecejo confundido, por un momento había olvidado la excusa que Cuti y él acordaron para justificar la ausencia de sus compañeros.

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──La verdad no sé, ojalá que sí.

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Cristian había propuesto una idea para la excusa que dirían, y en ese momento fue posterior a un desacuerdo que tuvieron con Licha, por lo que Leandro aceptó de inmediato la propuesta de Romero por más boluda que fuera: Decirle a Pablo que Lisandro tenía colitis.

IRRESPONSABLE  [ +18 ] ㅡ Paredes X DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora