Knight Cookie le estaba colocando la armadura a su caballo en el establo del castillo, cuando después de unos segundos de terminar, Princess Cookie entró al establo.
—"Knight Cookie, ¿estás seguro de que no quieres compañía? Sabes que estaría encantada de ayudarte en todo lo que pueda, pero, por favor, no vayas solo..."—Balbuceó la princesa, queriendo convencer al caballero de quedarse. Knight Cookie nunca la había visto tan desconsolada, tenía ganas de reconfortarla, pero se contuvo a su mismo.
Knight Cookie se acercó a la princesa, se arrodilló ante ella para tomar sus manos y besarlas.
—"Mi princesa, solo deseo su seguridad, y no permitiré que mi misión la ponga en peligro. Usted debe quedarse aquí, usted le da esperanza a este reino, no me perdonarían si usted no regresa a casa sana y salva, y yo tampoco me perdonaría a mi mismo..."—Dijo el caballero, aún en sus rodillas.
—"Knight Cookie, por favor, por lo menos lleva a otro de los caballeros, no puedes hacer esto solo..."—Rogó la princesa, arrodillándose en el sucio suelo, ensuciando su vestido.
—"Mi princesa, confíe en mi, podré hacerlo. Volveré sano y salvo a casa, para servirla a usted y a su familia hasta el fin de los días."—Respondió el caballero, acariciando la cabeza de la princesa, para luego levantarse y tomarla de las manos, elevándola de nuevo en sus pies.
—"Por favor, vuelve en una sola pieza..."
—"No se preocupe, lo haré."
Ambas galletas se abrazaron por última vez antes de la partida, hasta que Knight Cookie se soltó de la princesa, subiendo a su fiel corcel, dándole la señal para dirigirse a la aventura, mientras que la princesa se despedía con un movimiento de su mano, aguantando las lágrimas en sus ojos, mientras que su fiel guardián se perdía en el horizonte.
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.Knight Cookie se encontraba en el bosque, junto a una pequeña fogata mientras el sol se escondía. Su fiel corcel lo acompañaba, exhausto del primer día de exploración. Knight Cookie se encontraba asando un par de conejos mientras pensaba en su destino.
—"Que sucederá si yo... ¿No regreso?... Debo dejar algo en claro antes de eso."—Reflexiono el caballero, levantándose de su lugar y dirigiéndose a un pequeño tronco desprendido en el suelo, recogiéndolo, para posteriormente lijarlo, usando una rama gruesa. Después de esto, Knight Cookie afiló la punta de otra vara en el suelo, para después quemarla y empezar a tallar en el tronco como se se tratara de papel.
"Querida princesa:
Desde que la conozco ha sido la mujer más asombrada que jamás he visto, Su personalidad y su curiosa cabeza hacen que mi corazón retumbe cada vez que la veo, realmente no tengo palabras para describirle lo mucho que la amo, desearía tomarla de la mano todas las veces que pueda.
A pesar de ya no encontrarme en esta vida, quiero que usted sepa que es el amor de mi vida, y que espero que en lo que sea que nos espere del otro lado, podamos estar juntos.
-Con cariño, tu noble caballero."
El caballero sonrió con pesar, y pensar que esta sería la forma de la cual su amada princesa se daría cuenta de su amor. Knight Cookie se dirigió a la fogata con tronco en mano, dirigiéndose a su corcel, abriendo la pequeña mochila que este traía y dejando su nota en ella.
—"Muy bien, amigo. ¿Recuerdas que te dije si es que yo no lograba hacerlo, cierto? Bien, necesito que, si eso sucede, hagas lo posible para que la princesa encuentre este tronco en tu mochila, ¿De acuerdo?"—Susurró el caballero. Su caballo relinchó suavemente, volviendo a su descanso.
Knight Cookie volvió a sentarse a su lugar, sacando los conejos de la fogata, empezando a comer, mientras miraba la puesta de sol, en silencio.
Al día siguiente, a penas el sol salió, Knight Cookie se levantó de su cama improvisada, practicándose para el enfrentamiento que tendría en unos días. El cortaba los troncos de los árboles con su espada, dejándoles marchas con esta. Cuando su corcel despertó, el caballero se dispuso a alimentarlo, para luego montarse en la montura del caballo y si dirigió hacia el noroeste, dejando atrás el bosque en donde había pasado la noche. Después de unas horas, se acercó el primer problema: Enemigos. Por donde fuera que te dirigieras, monstruos hechos de pastel se interpondrían en tu camino, desde grandes a pequeños, estas criaturas parecían tenerle un especial odio al caballero el día de hoy, de manera que llegaría un punto en el que hasta se vería agotado por tanta intervención de estas.
—"Tengo... Que llegar..."—Se susurraba a si mismo, intentando darse ánimos para poder seguir adelante. Después de otro rato atacando a estos monstruos, Knight Cookie decidió darle un descanso a su corcel y al el mismo, descansando debajo de la sombra de un árbol, satisfaciendo sus necesidades.
Después de un rato, ambos siguieron en dirección a su destino, llegando después de unas dos horas a una pequeña aldea cerca de una gran cascada.
—"Huh, este map no decía nada de una aldea... debe haber sido fundada recientemente."—Reflexionó el caballero, acercándose a la aldea, cuando de repente, varias galletas los rodearon.
—"Deténte, extranjero! Tus malignas intenciones no serán satisfacías el día hoy, así que ¡Ríndete!"—Exclamó una de las galletas, apuntando al caballero con una lanza.
—"¿Malignas intenciones?"—Se extrañó el caballero.—"Claro que no, mis intenciones no son hacerle daño a ninguna galleta en mi camino, la única excepción por ahora sería que me atacaras."
—"¿Tienes alguna forma de demostrármelo, extraño?"—Preguntó el atacante, aún desconfiando y apuntando al caballero con su arma.
Knight Cookie sacó unas pequeñas bolsas con fruta y las lanzó hacia sus atacantes.
—"Ahí tienen. Si fuera un peligro para ustedes, les daría comida pútrida y asquerosa, pero no quiero que tengan esa horrible imagen de mi, así que quiero que tomen la comida que les estoy ofreciendo y me dejen quedarme aquí por un día."—Anunció el caballero, con un rostro serio y sereno.
Sus atacantes quedaron en silencio, hasta que uno exclamó:
—"Hay que confiar en el, él podría darnos comida, y es justo lo que necesitamos."
—"Tienes un punto... Bien, te dejaremos pasar, pero no hagas nada sospechoso, ¿Oíste?"—Decretó uno de los atacantes, bajando su arma, a lo cual los otros reaccionaron y bajaron las suyas también.
—"No dude por ningún segundo que yo soy alguien de palabra, señor."—Señaló el caballero, con una sonrisa en su rostro.
El grupo avanzó, guiando a Knight Cookie a la aldea, donde los habitantes lo observaban con curiosidad. Cuando le indicaron al caballero en donde podría quedarse, él bajo de su caballo, guiándolo a un pequeño establo donde podría descansar por un tiempo. El entró al lugar, estaba sucio y olía muy extraño, pero Knight Cookie había visto lugares mucho peores, así que no le dio la importancia que debería. En su habitación, había una pequeña pila de hojas, este tomó la que se encontraba encima de todos y transcribió la nota que planeaba enviar en caso de no regresar.
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Once Upon a Different Time
Fiksi PenggemarUn dragón, en contra de un simple caballero... Una historia ya conocida por muchos, pero encontré un escrito totalmente diferente, pero se que no es verdad, ¡No puede ser verdad! ¡Yo mismo conocí a la princesa, y su caballero sigue fresco como recié...