Problemas

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Habían pasado tres días luego de la confesión de Volkov y Horacio, dos días en los que no pudieron verse debido a que cada uno tenía que afrontar diferentes conversaciones con Greco y Gustabo.

Volkov invitó a Greco a almorzar en el mismo restaurante que ya una vez visitaron para hablar del tema; no por iniciativa propia, sino por la insistencia de su compañero.

Al principio cohibido e incómodo no sabía cómo empezar a contarle lo ocurrido. No quería ahondar en los detalles, todo era muy reciente y lo consideraba algo íntimo que sólo les incumbía a Horacio y a él.

Sin embargo, Greco quería saber cada detalle, desde cómo Volkov llegó a la habitación de Horacio hasta la hora exacta de su declaración y las palabras que usó para conquistarlo.

El ruso sin ser específico le pintó a grandes trazos la situación.

-¿Pero lo besaste? - Insistía el castaño, Volkov debió terminar de un trago su Vodka para contestarle.

-Sí, Rodríguez. Nos besamos.

-¡No me jodas! Ojalá haberlo visto.

-¿Cómo?

-Digo, que me alegro por ti hombre. No creí que fueras capaz de hacer eso.

Volkov le dio la razón con su silencio, pues le seguía pareciendo irreal.

Tenía una relación con Horacio Pérez, un chico al que a penas conocía de pocos días, en una isla tropical del caribe. Todo parecía una novela ficticia con los típicos protagonistas que se enamoraban a primera vista y vivían felices para siempre.

Pero no todo era feliz para ellos.

Cuando llegó la charla de Volkov con Gustabo, este lo amenazó de una manera escalofriante en la que de verdad llegó a sentirse intimidado. No por él precisamente, ni por su integridad física; sino por su relación con Horacio.

Gustabo fue muy claro: "Si lo veo llorar, no volverás a verlo en tu vida"

No pensaba lastimar de ninguna forma a su pareja, pero le aterraba el poder que parecía tener el rubio sobre Horacio. Creía 100% en que si algo malo pasaba entre ellos Gustabo se lo llevaría y nunca sabría más de él. Podía alejarlos si se le antojaba convenciendo a Horacio de que era lo mejor.

Era lo que estaba pasando y ni siquiera había hecho nada.

No dudaba de los fuertes sentimientos que los unían, pero no le parecía correcta la manera en que el supuesto "hermano" de su novio se interponía entre ellos como si fuera una relación de tres. Ni Greco se entrometía tanto como el rubio.

Era por él que llevaban días separados, Gustabo se la pasaba con Horacio en actividades sin sentido que sólo pretendían mantenerlo ocupado y lejos del ruso. A duras penas podía responder a sus mensajes si Gustabo estaba presente.

Horacio lo notaba, pero guardaba silencio pensando en que sólo tenían que conocerse mejor entre ellos y todo mejoraría. No estaba enterado de la amenaza de Gustabo hacia Viktor, si lo hubiera sabido tal vez su actuar sería diferente.

Dejaba que Gustabo lo arrastrara a sus paseos e intentaba complacerlo como siempre hacía, siendo cariñoso y considerado.

Volkov no podía más, daba vueltas en su cama mirando la pantalla de su teléfono cada cinco minutos esperando una respuesta de Horacio. Lo había invitado a una cena y todavía no tenía una confirmación luego de tres horas esperando. Ni siquiera le marcaba el primer tick de entrega del mensaje.

Observó la hora y resopló molesto al ver que ya eran las 21hs y su pareja no daba señales de vida. Greco, quien pasaba frente a su cuarto pudo verlo aventar su móvil lejos y girarse hacia el lado contrario de brazos cruzados, en una rabieta infantil.

Meeru Island ~VolkacioAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora