"Cenizas entre lagrimas" - Sanegiyuu

Comienzo | Capítulo 4

Comienzo

"Punto de donde parte, nace o surge una cosa"

Estaba caminando por el cálido bosque viendo el amanecer, sintiendo una calma que no coincidia con su personalidad. Esa suave calma que inundaba todo el lugar era lo que más le gustaba de estar ahí, se parecia a ese chico que tanto inundaba sus pensamientos esas semanas, a ese chico de ojos azules que con tan solo mirarte te llevaba a otra dimensión, se parecía a Giyuu.

Giyuu, Giyuu y Giyuu. Giyuu era lo único que pasaba por su cabeza en estos días, pero la verdadera pregunta era ¿porqué? ¿Porqué no dejaba de pensar en ese chico desde que se besaron? No era su primer beso ni mucho menos.. Aparte, no tenía buena experiencia con el amor, pues la última vez que se permitió sentir terminó llorando hasta no poder respirar. Pero ese chico.. Ese chico era un sentimiento tan nuevo que parecía irreal, necesitaba aclarar sus sentimientos cuando antes, pues sufría al ver que esos ojos podrían mirar a alguién más. Pensaba declararse en la noche, pues no tenía ninguna misión y Giyuu tampoco, y claramente así fue.

Su día corrió con tranquilidad, su almuerzo con Giyuu como de costumbre, arreglar asuntos pendientes, limpiar su finca e hacer cosas para matar su aburrimiento, ansioso esperando por la noche.
Sanemi no era alguien a quien se le conozca por tener paciencia, entonces fue a buscar a Giyuu para aprovechar el mayor tiempo posible juntos.. Pasaron hablando, riendo, teniendo peleas absurdas y Sanemi maldiciendo la mayor parte del tiempo (Ninguna de esta fue enserio, pero Giyuu siempre se hacía el ofendido para recibir una disculpa.) Hasta que Sanemi se armó de valor, tomando una de las manos de Giyuu, fijándose en esos ojos azules que lo miraban con atención y confusión.

-Mira pedazo de idiota.. No se como hablar sobre esto así que no te quejes de lo que llegue a salir de mi boca.- Dijo el Albino con una clara mala elección de palabras, escuchando la clara risa del ojiazul, alzando una ceja en señal de sarcasmo

-¿Qué? ¿Me vas a declarar tu amor o algo por el estilo? - habló el azabache en chiste

-Eso mismo.. Mira, no se como ni cuando pero me empezaste a gustar, solo se que eres un hijo de la gran puta, el cual me trae loco.-

La impresión que había en el rostro del menor era impresionante, al igual que la forma en la que su rostro se teñia de un tono carmesí muy notable. Pero antes de que pudiera decir algo sintió los labios del Albino sobre los suyos, tenían un sabor adictivo, cómo el chocolate amargo.. un sabor al que claramente podía hacerse adicto. Al final acabó buscando un apoyo que no sabía que necesitaría, apoyándose al rededor de su cuello sin querer separarse.

Pasaron los días, pasaron los meses y su relación estaba oculta, pero si, estaban saliendo.

Todo iba muy bien, hasta incluso parecía un maldito cuento de princesas, cosa que no le gustaba. Siempre, siempre tenía que pasar algo malo, y así fue.

Giyuu tenía una misión al día siguiente, por lo tanto aprovechó para quedarse en casa de sanemi a pasar la noche, algo que hacían siempre un día antes que uno se vaya a una misión. No faltaron risas, caricias, besos y enojos, cosa típica de ellos, solo que no sabían que esas típicas noches sería la última.

Se despidió con un corto beso en los labios y se fue a esa misión, esa misión que haría todo una jodida miseria.

Pasaron los días y no había noticias de su novio, pasaron las semanas hasta que se hartó y fue a preguntar que mierda estaba pasando. Nadie fue con Giyuu, entonces no había pistas por esa parte. Solo quedaba.. Preguntarle al patrón.

-¿Y desde cuando ustedes son tan cercanos? - Preguntó Oyakata-Sama

-Desde hace un año, ahora.. ¿Puede decirme si está bien? - Dijo intentando mantener el respeto en todo momento

-Solo sé que se encuentra en Estado critico pero no recibió atención médica, "quiere terminar cuanto antes"-

Sanemi sintió que su respiración se frenó por dos segundos, respirando y exalando con supuesta calma. Pues rápidamente de retiró del lugar, yendo adonde supuestamente estaría Giyuu, tocando la puerta de una bonita pero pequeña cabaña. Y si, ahí abrió Giyuu con heridas notables, intentando cubrirse en cuanto vio a Sanemi. (Totalmente inútil, el Albino lo obligó a dejarse tratar.) Lo trató como un niño, literalmente estaba haciendo todos sus caprichos solo para que en la noche esté bien y pueda salir donde los demonios, donde claramente lo acompañaria.

Al llegar la noche la tuvieron simple, demonios de bajo rango y custodiar un pueblo donde habían recientes desapariciones, nada fuera de lo común.

Y así fueron la mayoría de sus noches, Sanemi ayudando a Giyuu y Giyuu intentando decirle a Sanemi que no hacía falta, cosa a la que hacia oídos sordos.

Al llegar la noche por fin llegaron dar con el demonio que secuestraba a las mujeres del pueblo, y si, esa era una Luna superior, Douma.

En la pelea hubo mucha sangre, mucha. Gritos de rabia, y energía sumamente gastada. Hasta que llegó lo que menos quería el Albino, ver a su novio cerrando sus ojos y cayendo al piso. Rápidamente corrió hacia el, tomándolo en brazos y diciéndole que por favor no le deje solo.

-Sanemi.. Estoy bien, ¡M..me voy a mejorar! Tu tan sólo ve por ese demonio, ¿si?- Decía el azabache con una sonrisa en el rostro.

-No, no, no.. ¡No te voy a dejar solo! ¡Y tu tampoco me vas a dejar solo a mi! ¡No puedes, idiota! No puedes abandonarme..- Sentía como las lágrimas caían de sus mejillas, agitando a Giyuu y manteniendolo despierto.

-No, no te dejaré solo.. Quizá nos encontremos en otra vida, ¿si?..-

Seguía con esa maldita sonrisa que tanto odiaba, pero aún así no pude evitar posar mis labios sobre los suyos por "última vez"

-En otra vida, Giyuu..-

hola buenasss, perdón por ese final de la era Tashiro (no se si se escribía así pero bue) LES JURO QUE SI HAY FINAL FELIZ SKSKKAAK, Perdón por andar desaparecido por tanto tiempo, los quiero muchoo ♡♡

Xfavor, no saben lo mucho que me ayudan con la estrellita, siguiéndome o lo q sea, todo es bienvenido <3