Perdidos [Peter Pan] ✓

Capitulo cinco

Buena chica

Mis pies finalmente tocan el suelo. Pet... Pan camina hasta el centro del campamento llamando la atención de los niños perdidos.

—¡Nuestra Isabella fue capturada por piratas esta mañana! —todos me miran haciéndome sentir nerviosa, les sonrio incómoda. Espera, Isa, dijo esta mañana, ¿esos piratas me tuvieron inconsciente tanto tiempo?—. ¡Pero hace unos momentos ella demostró que su lealtad está conmigo! ¡Con nosotros! —su voz suena con tanta pasión, wow, pone el alma en esto—. ¡Isabella es leal a Nunca Jamás, a Peter Pan y a los niños perdidos!

Los niños comenzaron a gritar mi nombre.

¡Pasé las pruebas! ¡Soy una niña perdida!

Sam, Ron y Max me miran con orgullo. Ellos ya se están acostumbrando, de a poco.

—¡Lo logré! —corro hasta ellos y a juzgar por sus expresiones mi rostro debe reflejar toda la emoción que siento en este momento, algo que casi nadie ha visto.

—Nunca te habíamos visto tan... feliz —la voz de Max se escucha suave pero refleja asombro.

Es porque nunca lo he estado.

—Estar aquí me gusta —me encojo de hombros restándole importancia a mi respuesta.

Los chicos comenzaron a saltar y bailar detras de mí. Me giro y los veo a todos disfrutar como animales.

¡Estoy presenciando el festejo de los niños perdidos! ¡Lucen igual que en la serie!

—¡Disfruta de la fiesta, niña perdida! ¡Es en tu honor! —la voz de Pan solo aumenta las ganas que tengo de ir allí y no me resisto, corro hasta el medio de ellos.

Los chicos me sonríen y siguen con sus bailes. Uno de unos catorce años me lanza unos barrotes, es hora de hacer ruido. Una melodía hipnotizante atrapa mis oídos. La flauta de Pan. No me sorprende que pueda escucharla, sabía que la escucharía, despues de todo hasta el Capitán lo dijo, estoy perdida.

La melodía de la flauta nos exige saltar y bailar con más entusiasmo, me hace olvidar mi antigua vida, ahora más que nunca no quiero irme a casa, no quiero volver nunca jamás.

Los tres chicos que llegaron conmigo a esta peligrosa pero maravillosa isla nos miran a todos como si estuviéramos un poquito locos.

Dejo la fiesta por un momento y me acerco hacia ellos.

—¡Chicos! ¿Por qué no nos acompañan? —tengo que alzar la voz para ser escuchada debido a los chicos ruidosos.

—Se ve divertido pero no hay música —Ron se rasca el cuello un poco confundido.

Mi rostro se descoloca al oír sus palabras.

—Pero la flauta, ustedes... —esa melodía hipnotizante aún se escucha, al menos yo aún la escucho.

—¿Qué flauta? —esta vez Sam habla y luce confundido también.

Ahora entiendo. Ellos no pertenecen aquí.

—Los perdidos escuchan la flauta de Pan —mi voz es más suave, solía ser muy expresiva y tuve reprimir eso, pero estoy segura de que se me escapó de las manos cuando llegué a la isla.

—Isabella luces petrificada —Ron intenta darle un toque de diversión a la situación, pero no lo logra—. Escucha, nosotros no estamos perdidos... —ya lo noté, ellos no pertenecen a Nunca Jamás, sus vidas están bien—, nosotros sabemos que estamos en Nunca Jamás y esto es un campamento, nadie aquí se ha perdido hasta ahora.