Capitulo final

1.8K 166 327
                                    

El creyente verdadero y la niña perdida







PETER PAN

El corazón que por años he estado esperando, por fin descansa en mi pecho. Siento mi poder incrementar con cada latido. Abro mis ojos solo para ver mi victoria en las miradas devastadas de los héroes… pero el devastado termino siendo yo al ver a Isabella en el suelo.

¿Acaso ellos se atrevieron a lastimarla?

—¿Qué le hicieron? —camino con pasos lentos temiendo acercarme y no verla respirar.

Juro que voy a hacerlos sufrir.

—Tú lo hiciste —la reina malvada escupe con desprecio, sus palabras logran detener mis pasos—. Tu niña perdida estaba conectada a Henry, y si mi hijo muere, ella lo hará.

Un par de recuerdos golpean mi mente.

«Recuerdo voces diciendo cosas como amor verdadero, corazón…»

«… una molestia aquí…»

«Pan, su corazón »

No se habían robado su corazón. Lo habían conectado al de Henry. Si él muere… mi Isabella morirá.

La respiración se me corta unos segundos.

«Has cambiado su destino… Isabella morirá»

Mis rodillas se golpean contra el suelo cuando mis piernas deciden dejar de mantenerme de pie. El cuerpo de Isabella está a solo un metro… ella se ve tranquila, su cabello cubre una parte de su rostro pero no me impide ver sus ojos cerrados, esos que me miraban salvajes cuando estaba molesta conmigo, casi siempre.

«Catástrofe»

Gateo hasta estar cerca de ella. Llevo una de mis manos a su rostro y corro el cabello hacia un costado. Mis manos comienzan a temblar. Mis ojos se sienten aguados y amenazan con dejar salir lágrimas frente a estas personas.

Mi Isabella.

Mi niña perdida.

Un temblor se siente cuando la primera lágrima cae por mi mejilla.

¿Esto es mi culpa?

Si. Esto es mi culpa.

Mis brazos envuelven su cuerpo y me dedico solo a admirar su rostro delicado, su cabello castaño, sus manos cálidas que parecen perder ese calor con cada segundo que pasa.

La estoy dejando morir.

Beso una de sus manos.

No. Eso no va a pasar. Mi Isabella no se irá.

—¡Pan!

Busco la voz de Félix y lo encuentro detrás del grupo patético de héroes que me miraba con sorpresa. No pueden acercarse a Henry por la barrera que puse. No lo van a tocar, ni volver a verlo. No después de hacerle esto a mi Isabella.

Félix se acerca junto a todos los perdidos y extras como el pésimo guardaespaldas. Por su culpa ella está como está, muriendo.

Por culpa de Sam, de la reina malvada, de Henry… ¡De todo el maldito mundo!... Incluyéndome.

Maldita sea.

Demonios, diría ella.

—¿Qué le hiciste? —me cuestiona con rabia el no amigo de mi niña perdida.

—¡Cierra la boca! ¡Es tu culpa! —grito, mi garganta se desgarra, la ira que siento en este momento es… terrible—. Es culpa de todos, ¡de todos! Y les juro que los haré pagar.

Perdidos [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora