5. Sergio y supermercado

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Lucas guardó sus cosas lentamente como de costumbre, observando su última creación. Una sonrisa grande multicolor, siempre veía esa misma sonrisa en la mujer de sus sueños.

Pero jamás podía retratarla por completo. Se había convertido en un reto personal.

No se iba a rendir tan fácilmente.

-Buena pintura.

Elevo la mirada encontrándose con una pequeña sonrisa en la cara de Alicia. Esta se venía medio cansada, pero siempre pulcra y con su cabello rubio lizo.

-No te pareces en nada a tu madre.

Alicia pestañeó, sintiéndose golpeada por ese comentario inesperado.

-¿Por qué lo dices? ¿Por qué soy rubia de ojos verdes y ella morocha de ojos marrones?

-Si -afirmo seguro él-, sin ofender, obvio.

Utilizo la frase que tanto ellas usaban.

Alicia soltó una pequeña risa sentándose en un banco a su lado.

-Soy el calco de mi padre.

- Escuche que murió...

- Sí, hace seis años -se enderezó juntando sus manos en su regazo. Lucas se detuvo sintiéndose un bruto.

-Lo siento... -empezó, siendo detenido por una mueca incómoda de Alicia.

-No, no te disculpes. Es mejor reír para mí.

-¿Cómo estás? -comenzó a guardar el lienzo.

-Ahora estoy mejor, tuve una que otras sorpresas, pero estoy mejorando.

-¡Chicos! -irrumpió el profesor.

Uno de los tantos profesores universitarios que tenían, pero era el favorito de ambos.

Sergio se sentó al otro lado de la mesa y los miro a ambos analíticamente.

-Ambos estuvieron faltando estos días, ¿Qué paso?

-Problemas con mis padres -contesto Lucas.

-Tuve un paro cardiaco y mamá se siente mal -explicó Alicia.

Ambos hombres la miraron, el primero con sorpresa y el otro con preocupación.

-¿Tu madre? Pero ella está bien, ¿Verdad? -pregunto Lucas.

Alicia actuó triste.

-Mi mami no se encuentra bien, le haría bien si fueras a visitarla, Lucas.

Este asintió totalmente de acuerdo.

-Me voy contigo, entonces.

Alicia sonrió con maldad en su interior.

Sergio los detuvo, seguía impactado.

-Esperen allí, ¿Qué haces por aquí Alicia, cuando deberías de estar descansando en tu casa?

-Soy una rebelde amante del riesgo con deseos ocultos de morir -justifico tranquila.

-Controla tus impulsos -Sergio tomo su mochila y saco dos folletos que fueron entregados a los jóvenes-, bien, ahora, los buscaba por algo importante, abra un concurso este fin de año y era con recomendación, los elegí a ustedes dos. Mi alumna sobresaliente -miro a Alicia-, y a mi favorito -miro a Lucas.

-No cree que esté mal tener favoritismo con uno de sus alumnos.

-Siendo yo el profesor y quien lleva la batuta me parece que está bien, yo no lo veo como algo mal, ustedes tampoco.

Aquellos Sueños con Dientes de LeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora