Capítulo 12

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Cuando Harry despertó y tomó su celular para revisar la hora, eran las doce del medio día. Dejó salir un bajo gruñido y se tapó el rostro con una almohada.

Entonces, a su mente vinieron todos los recuerdos de anoche. Bueno, unos cuantos. Recuerda vomitar saliendo del festival, recuerda llegar al hotel y luego…no, no recuerda más.

Mira a su alrededor. Todo estaba limpio y en orden ¿Louis lo había hecho? Porque Harry ni en sus mejores sueños arreglaría su habitación luego de pegarse una borrachera así.

Y justo cuando pensó en "borrachera", fue como si su mente se acordará de eso, porque su cabeza empezó a doler de una manera horrible. Cuánto había extrañado la resaca. Sarcasmo.

No recordaba la última vez que había venido tanto. Aunque en realidad, tampoco fue tanto. Harry piensa en que esas cervezas simplemente estaban bastante cargadas para su pobre organismo.

Se quita las sábanas de su cuerpo para encontrarse vestido con su pijama. ¿Recuerda haberse cambiado por su cuenta? No. Eso significa ¿Louis lo cambió? Tuvo que haber sido de él, quien más. Que vergüenza. Solo podía pensar en eso.

Sintiendo sus huesos pesar más que nunca, decidió pararse de la cama o su vejiga explotaría. Camino con pasos lentos hasta el baño, dónde hizo sus necesidades fisiológicas y lavó su rostro, al igual que su boca.

De pronto sintió mucha hambre. Necesitaba pedir algo o moriría de hambre. Tomó el teléfono que se encontraba en la mesita a un lado de su cama y llamó a recepción para pedir su desayuno.

El cual no tardó absolutamente nada en llegar. Abrió la puerta luego de escuchar unos toques en la misma. Un alfa —de nombre Alexander, el cual pudo ver en su mandil— lo recibió con una sonrisa de oreja a oreja, con toda la amabilidad pidió permiso para pasar a la habitación y dejar el carrito con la comida. A pesar de que se veía bastante bien, Harry noto las ojeras de cansancio debajo de los ojos verdes del alfa.

—Gracias —. Le dijo intentando devolverle la sonrisa. Sin mucho éxito, pues su cabeza seguía punzando de una manera que Harry no estaba soportando.

—No es nada. Cualquier cosa, marque a recepción. Que tenga un buen día. Provecho.

¡Habla inglés! Pensó Harry, para luego —antes de que el alfa se escabullera fuera de la habitación— Harry lo llamó.

—¡Alexander! —el alfa volteo a verlo enseguida, deteniendo su paso.

—Ese es mi nombre, si —carraspeo— ¿Se le ofrece algo más, joven?

—De hecho…¿Sería mucho pedir una pastilla para el dolor de cabeza? —sonrió lo mejor que pudo.

El alfa lo miró unos segundos, para después asentir lentamente— Bien. Si, en unos minutos se la traeré con gusto.

—Te debo la vida. Gracias, Alex ¿Te puedo decir Alex? —el alfa ojiverde asintió con sus mejillas rosadas— Bien, gracias otra vez.

El alfa salió con sus pies tropezando con sus pies, con el otro, cerrando la puerta con un suave sonido.

Se dió la vuelta y observó lo que había en la charola. Variedad de frutas y algunas otras especialidades francesas que Harry no conocía muy bien, pero se veían ricas.

Cuando estaba por sentarse en su cama y degustar el manjar que le había sido llevado, nuevamente se escucharon suaves golpes en su puerta. Se paró enseguida creyendo que era Alexander y que había hecho un eficaz trabajo consiguiendo la pastilla.

—¡Alex…—su frase quedó a la mitad cuando vio a un Louis recién bañado y cambiado frente a su puerta— ¡Jefe!

—¿Esperabas a alguien más? —el ojiazul lo miró con ambas cejas alzadas.

Like The First Time || LS › OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora