🦋 Día cinco: Baile 🦋
🌻Este está ambientado en Inazuma Eleven Orion.
🌻Tiene referencias a la linea original de Inazuma Eleven.
Al verla bajar por las escaleras con aquel vestido verde claro le llegó a la mente una imagen distinta. Por un momento no pudo concentrarse en la realidad.
Aquello que su mente le mostraba parecía sumamente real: el aire libre que le revoloteaba el pelo, el olor a pasto y tierra, y hasta cómo el sol daba en su rostro. Pero ahora se hallaba en plena noche dentro de un inmenso salón lleno de jovenes jugadores y gerentes a punto de dirigirse a una gran fiesta ¡Todo lo contrario a lo que su mente le mostraba!
Cuando ella se le acercó a preguntarle qué le parecía su vestido otra secuencia de imagenes le llegó y lo dejaron mudo por breves instantes.
Las imagenes continuaban en aquel lugar libre, pero con ella en frente de él luciendo un vestido blanco con un moño verde claro. No oía lo que veía, así que solo le quedaba deducir la situación, aunque aún así no entendió por qué corrían por la calle en pleno atardecer ーy ella con zapatosー.
La Aki real le habló por un momento preguntándole si le ocurría algo y alegando que había quedado mudo desde hace rato. Eso le sirvió para despabilar y le devolvió al mundo real.
Solo se atrevió a decirle que se veía muy linda con el vestido y huyó hacia donde Gōenji, Kidō y Kazemaru para ocultar el sonrojo en sus mejillas. Pero no podía dejar de cuestionarse qué era lo que su mente le mostraba ¿Acaso algo que había soñado?
El trayecto hasta la fiesta fue entretenido, lo suficiente para que pudiera centrarse en cualquier otra cosa. No había dejado de emocionarse con cada charla y en todas las ocasiones que alguien mencionaba un jugador famoso. Le hacía muchisima ilusión saber que ahora se reuniría con ellos, que podrían comer, hablar, y quién sabe... Quizá hasta encuentran la forma de tener un pequeño partido.
El evento era una reunión, con baile, que reunía a todos los países que se enfrentarían en el «FFI». Su mayor ilusión.
Al llegar le sorprendió la inmensidad del salón y lo repleto de personas que estaba. No dudó en acercarse e intentar conocer a todo aquel que le llamase la atención. El ambiente era sumamente agradable y se mantuvo así hasta que horas más tarde las luces se apagaron. Para ese momento él estaba en el jardín decorado con rosas celestes.
Había algo en esas flores que hacía que cada tanto las observara. Aunque ciertamente no tenían nada extraño.
Los más experimentados adivinaron rápido de qué se trataba. Era la hora del baile. A él no le pareció tan importante así que no entendió porque todos se disponian a buscar una pareja. Cuando menos de dio cuenta la mayoria de las personas estaba en el salón y había quedado solo entre las flores.