🦋 Día seis: secreto 🦋
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¿Cómo era eso de que Aki tenía un secreto?
Había escuchado ese comentario de los demás miembros del equipo. No se lo comentaban precisamente a él, sino a Kazemaru. De hecho, parecía que secreteaban entre ellos.
Era extraño.
Un rumor sin fundamentos seguramente. Pero aún así le picaba la curiosidad.
Es debido a ello que no le quitaba la vista de encima a Aki. Como si mirarla por más de cinco minutos seguidos fuera a darle alguna respuesta.
Llovía con fuerza y podía verse desde las ventanas. Cielo oscuro, gotas gruesas, y truenos espantosos. De vez en cuando él centraba sus pensamientos en eso, realmente lo intentaba ーal igual que intentaba mantenerse enfocado en su labor de limpiar los balonesー, pero sus pensamientos siempre traían a colación el de hecho de que quizás Aki estaba ocultandole algo.
Tal vez de tener a alguien más en el lugar podría haber despejado mejor su mente, pero no era así. Desde la llegada de Gōenji al equipo rara vez el club estaba solo como ahora, a diferencia de cuando todo comenzó donde solo eran Aki y él.
ーLlevas pensativo todo el día ¿Qué pasa?
ー¿Crees que deje de llover pronto?
ーNo lo sé ーdejó en el canasto el balón que estaba limpiandoー. Lo que sí sé es que estás evadiendo mi pregunta, Endō.
Con los brazos cruzados se paró en frente de él.
ーNo sé si decírtelo.
La respuesta le pareció preocupante. Endō era alguien completamente sincero, un libro abierto ante cualquiera. Podías ver lo que pensaba o sentía incluso si no pronunciaba palabra alguna.
¿Qué tan malo podía ser para que decidiera ocultarlo?
ーSi hay algo que te esté molestando es mejor afrontarlo, y si no puedes solo siempre podrás contar con los demás miembros del equipo. Lo sabes ¿No?
Ella tenía razón, pero ¿Eso era aplicable para estos casos?
ーEs que... ーrespiró hondoー ¿Hay algo que no quieres que yo sepa?
ー¿Qué? No ーSu rostro delató la confusión y sorpresa. Trató de entender de dónde había salido tal ideaー. Por supuesto que no ¿Quién te ha dicho algo así?
ーYa decía yo que no podía ser posible. Lo he oído de los chicos y desde entonces viene machacandome la cabeza.
Suspiró aliviado y mostró una sonrisa enorme. Por alguna razón el hecho de que ella no le ocultase algo le hacía sumamente feliz y lo dejaba en paz.
Pero Aki no podía evitar preguntarse qué era lo que había oido. Trató de atar cabos lo más rápido que su cerebro le permitió, pero nada le convencía. Hasta que... Click.