Capitulo 10

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Sin previo aviso Jean se encontraba a su lado con la respiración agitada y confundido, empezó a mirar a todas partes hasta que divisó a su amiga.

-¡Jean!- Gritó su amiga corriendo hacia el.- Creí que te había ocurrido algo- la preocupación se notaba en su tono de voz.

-No te preocupes, estoy aquí- intentó tranquilizarla.

-Bueno, bueno, bueno, basta de tanto cha cha cha y bla bla bla. Necesito un motivo por el cual habéis montado ese ajetreo a las orillas de mi lago.

Los dos se miraron sin saber exactamente que decirle.

-El señor Anderson nos mandó aquí para que usted nos proporcionara algún tipo de ayuda- dijo Jean.

-Ese viejo- negó con la cabeza- Siempre le digo que no me mande problemas a mis tierras pero como siempre siendo un cabezota.-Se levantó del sillón donde estaba y se acerco a ellos.-¿Qué pretendéis? deberá ser muy gordo como para venir a pedir de mi ayuda.

-Anderson nos ha contado todo esto de la alquimia, es nuevo para nosotros, pero de momento lo entendemos. Somos de otro mundo y según lo que Anderson nos ha contado necesitamos regenerar la alquimia para poder abrir una puerta y pasar a nuestro mundo.-Dijo ahora Axelle.

-Veo que solo os ha contado lo básico. Gente como vosotros han venido antes a mi. Os diré lo mismo que les e dicho a ellos. No puedo ayudaros en nada- Se giró andando hacia la chimenea.

-Sé que no quiere ayudarnos, ni quiere regenerar algo de lo que Versace se niega.- Dijo Axelle centrándose en su relato anterior-. Pero piense en como se convertiría esta ciudad con los pueblos nuevamente unidos. Ya nadie estaría preocupado, nadie estaría esclavizado por un viejo hombre sin poder alguno. Piénselo Diana. Tu mundo, tus personas, tus vasallo podrán encontrar libertad donde mostrar su habilidades.- Dijo convenciéndola.

Diana se quedó en silencio mirando fijamente a la fogata delante de ella.

Finalmente giró hacia ellos negando con la cabeza.

-Ninguna de vuestras lindas palabras me hipnotizarán.- Se negó.

-Diana- Se acerco Axelle a ella posando su mano en su débil y huesudo hombro.- Antes me dijo que me trajo aquí por algo magnifico, que yo era algo bueno para este mundo, ¿a qué se refería?- Preguntó.

Diana volvió a quedarse en silencio pero ahora se giró y volvió a sentarse en el sillón.

-Sentaos- sugirió.

Axelle y Jean convencidos se sentaron esperando el relato que la anciana les relataría.

-Hace unos años atrás tenia una hermana llamada Fiora, era mi gemela.- Sonrió transportándose al pasado.- Solíamos hacer todo juntas, eramos muy unidas, siempre tomábamos decisiones juntas, salíamos juntas, jugábamos juntas. Todos nos admiraban. El punto aquí es que mi hermana podía controlar gran parte de la alquimia casi como Arturo. Con el tiempo ella conoció a Arturo y como podéis imaginar, se enamoró de él tanto como él de ella, por un tiempo llegaron a ser una pareja feliz, sin establecer lazos con la familia. Paso el tiempo y mi hermana empezó a alejarse de mi para pasar mas tiempo con su amado. No me lo tomé a mal, pero en ese tiempo es cuando conocí a Versace mas a fondo y nos hicimos amigos- Miró hacia Axelle indicándole que de ahí venia su anterior relato.- Fiora nunca llegó a casarse con Arturo porque después de que él se convirtiera en el rey siempre estaba ausente y distante. Fiora seguía con la idea de volver a unirse a él pero muy sorpresivamente llegó a sus oídos la muerte de Arturo y como todos sabían que Versace era el culpable ella intento hacer todo para que lo detenieran ante la justicia.

Excalibur.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora