Capítulo 18 "Cicatrices"

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Jueves,
7:00 am

Cicatrices

Tres días habían transcurrido desde la ultima vez que se presento en mi habitación. Tres días en los cuales las noches se habían vuelto una completa tortura para mi, no podía dormir y mi poca alimentación había empeorado, ya casi no probaba bocado. No podía dormir por lo cual los días se habían vuelto más pesados. Mi mejilla había adquirido un tono violeta que poco a poco se iba desvaneciendo.

Me encontraba con Tinia en el baño, pérdida en mis pensamientos mientras ella terminaba de bañarme con cuidado.

Con mucho cuidado me ayudo a salir de la bañera, envolviendome en una toalla para que me secara.

-He olvidado su ropa interior en la habitación, vuelvo en un segundo.

Mi mirada perdida se fijo en el espejo de cuerpo completo que se encontraba enfrente de mi.

Nunca me había contemplado en ese espejo antes, Tinia siempre se encargaba de sacarme muy rápido, sospechaba que no quería que viera mi aspecto.

Me acerque lentamente, examinandome con la mirada, mi rostro estaba maltratado y herido. Sin pensar exactamente en que, deje que la toalla que cubría mi cuerpo se deslizara por este, hasta caer al suelo, dejando mi cuerpo completamente expuesto.

Mis ojos comenzaron a cristalizarse al ver la cicatriz que se encontraba en mi costado, resultado de la bala que me había atravesado. Con mis dedos temblorosos recorrí su contorno, recordando el día en que la había recibido.

Mi vista se fijo en la cicatriz rojiza que se encontraba en mi brazo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al mirarla con detenimiento, tenia deseos de tocarla pero por alguna razón no me atrevía.

Si así se encontraba esa, ¿Como estarían las demás?

Comenze a girarme lentamente, hasta quedarme de costado, exponiendo un trozo de mi espalda desnuda.

Una jadeo escapo de mis labios al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a atrasar caminos por mis mejillas.

¿Que me había hecho?

Mi mirada borrosa se fijo en las lineas cicatrizadas que trazaban mi piel y que marcarían mi vida para siempre.

-Señorita. . .

-Dejame sola-susurre con la voz quebrada.

Mire con odio las cicatrices, llegando a sentir un asco inexplicable por mi propia piel.

-Señorita no creo. . .

-¡Dejame sola!-estalle, mirándola con odio.

Sus ojos me miraron con sorpresa ante la mirada que le regalaba. Sin decir nada y regalándome una ultima mirada de tristeza, salio del baño, dejándome completamente sola.

Mi mirada se volvió a posar sobre ese espejo que se encontraba enfrente de mi, dejándome ver en la miseria que me había convertido.

Sin pensarlo, me acerque rápidamente y tomándolo con las dos manos, lo aparte con violencia de mi vista, causando que este cayera al suelo y se rompiera.

Comenze a llorar mientras me dejaba caer sobre el suelo y que el dolor me envolviera.

Lo odiaba con toda mi alma y lo peor, lo peor era que sentía asco por mi misma.

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