2. Dove✔️

3.

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—"¿Qué fue eso?" —preguntó Ginny. Se había quedado sola esperando a su amiga cuando de repente Harry se marchó.

—"Está como una cabra, te lo juro", —resopló Alex. —"¿Dónde está Harry?"

—"Se fue a hablar con alguien y no ha vuelto. Supongo que lo veremos en la fiesta".

Comenzó el banquete y seguía sin haber rastro de Harry. No llegó hasta el postre.

—"¿Dónde estabas?" —preguntó Hermione. Alexandra ni siquiera se habría dado cuenta del regreso de Harry si Hermione no hubiera hecho ruido. Estaba demasiado distraída mirando a Draco. Llevaba un rato distraído, casi sin tocar la comida. Parecía realmente molesto en comparación con el enfado o la rabia que irradiaba normalmente.

Los dos hicieron contacto visual, y la mirada de Draco se detuvo lo suficiente para que Hermione se diera cuenta. Últimamente, Hermione prestaba una atención bastante específica a la fascinación de Alexandra por Malfoy. Cuando Harry empezó a hablar de Malfoy como mortífago, Hermione empezó a preocuparse cada vez más por su amiga. Sabe que Alex es totalmente capaz de cuidar de sí misma; quedó demostrado cuando sacrificó su vida para visitar a Tom. Sin embargo, fingir amar a ese monstruo casi la mata, y Hermione no quería arriesgarse a que volviera a ocurrir.

—"Tienes que decirme qué está pasando. Es obvio que algo te preocupa, y tengo la sensación de que tiene que ver con Malfoy", —suplicó Hermione, deseando que su amiga hablara con ella. Llevaba semanas escondiéndose en su habitación, leyendo hasta que los ojos se le ponían rojos por el cansancio o las lágrimas. Se negaba a comer y empezaba a tener un aspecto bastante enfermizo. La última vez que Alexandra se vio así, fue a su regreso del pasado. —"Me estás asustando, Alex".

Rápidamente, Alexandra cerró la puerta y puso un amuleto silenciador en la habitación para que nadie pudiera entrar ni escuchar.

—"La profecía que vi en el Departamento de Misterios. Mencionaba a alguien llamado la Peristera", —empezó a explicar Alexandra.

—"La Paloma. La descendiente de la diosa Afrodita. La Peristera tiene el poder de manipular el amor sin repercusiones. Tiene el poder de controlar una de las cosas más poderosas conocidas por bruja o mago", —repitió Hermione, que había investigado sobre el tema a principios de verano, después de oír a Ton mencionarlo. —"Eres tú, ¿verdad?".

—"Supongo. Mi nombre estaba debajo en la profecía", —continuó Alex. —"Creo que este poder nos conectó a Tom y a mí de una manera que no puedo controlar. He estado sintiendo su presencia cuando él no está cerca, y está poniendo estas visiones en mi cabeza-"

—"¿Qué tipo de visiones?"

—"No puedo decirlo."

—"Alex..."

—"Hermione, hablo en serio. No puedo decirlo. Si pudiera, sabes que te lo diría".— La mirada asustada de Alexandra disuadió a Hermione de seguir interrogando a su amiga, al menos hasta que las cosas se calmaran para ella.

—"Sólo estoy preocupada por ti, eso es todo", — Hermione frunció el ceño. —"Te dejaré tranquila. De todos modos, esta noche tengo que patrullar. No pasa nada por llegar temprano".

—"De acuerdo, señorita prefecta", —sonrió Alexandra. Sabía que Hermione se convertiría en prefecta, y esperaba que también llegara a ser premio anual, pero nunca esperó que Ron fuera su opuesto. No es que dudara de él, simplemente sabía que no era el mayor seguidor de las reglas después de conocerlo todos estos años.

—"Quizá te guste saber que el baño de prefectos está libre al anochecer, y es perfecto para bañarse", — sugirió Hermione, levantando los encantamientos y dejando a Alexandra pensando. Alexandra se burló, pensando en voz alta.

—"Bueno, si Hermione me anima a romper las reglas, creo que debo hacerlo".

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