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Este one shot no contendra escenas +18. Disfruten~.
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Llevaba ya cinco meses con Mirio, muchos nos felicitaron ante la noticia, pero mí mejor amigo, Tamaki, se alejó de nosotros, cuando estaba con Nejire y nos acercábamos él se iba o simplemente mantenía la cabeza gacha y no nos decía nada.
Ahora mismo estaba yendo a la habitación de Mirio, quería que probara los pastelitos que hice para él y poder celebrar los cinco meses juntos.
Entré a la habitación sin previo aviso. Lo ví jugando con el celular sumamente concentrado, reí al verlo así. Me acerque con cuidado y le toque el hombro, pego un gran grito y salto sobre su lugar, yo solo me reí por su susto.
-. No te rías, si me asusté linda... -Dijo mientras llevaba su mano a su pecho.
-. Perdoname, es que no pude evitarlo. -seguí riéndome.
-. Eso no se hace, casi se me sube el muerto.
Yo so reí más por sus palabras. Sentí como me tiró a la cama y me comenzó a hacer cosquillas, reía sin parar como si fuese una foca asmática.
-. ¡Y-Ya! ¡No p-puedo respirar!
Trataba de tomar aire pero no podía, las cosquillas eran mucho más fuertes, no paraba de reir. Hasta que se digno parar ya que estaba completamente roja.
-. Idiota... Que malo... Eres Mirio...
Tomaba aire entre cada palabra que decía.
-. Yaa~ no fue para tanto. -me sonrió y abrazó.
Correspondi a su abrazo.
-. Te hice unos pastelitos... Pero ahora están hechos mierda... -mire la bolsita que traía en la mano donde estaban todos los trozos de pastelitos revueltos y lleno de migajas.
-. Los puedo probar así linda.
Beso mi cabeza y acarició mi cabello.
-. Pero estaban más lindos antes, tenían forma de gatitos...
