Terminé de hacerle las dos coletillas rubias y me dirigí con ella en brazos al salón. Cuando Rod salió, entró a su habitación directamente, estuvimos esperándole unos quince minutos hasta que salió con una camisa celeste y unos pantalones beige.
D:Que lindo te ves.
R:No más que mis dos princesa. -Me besó antes de alzar a Dani.- A que si ¿?Daniela asintió antes de apoyarse en el hombro de su padre, parecía cansada, pero cuando su padre le trató de poner en su sillita, toda su energía volvió, pero para llorar alocadamente, aún así Rod trató de sentarla aunque no se dejaba.
R:Hija, por favor. - Luchaba contra las patadas de su hija.
Dn:Ño. -No paraba de llorar, ni siquiera cuando su padre la sacó para mirarle a la cara.
D:Ven, mi amor. -La cargué y le apoyé en mi hombro izquierdo, seguía sintiendo sus sollozos cuando íbamos de camino al restaurante.Al final, Daniela se decidió para distraerse con unos de mis mechones morenos, comenzó a enredarlo en su dedo, a separarlo en pelitos y demás, cuando llegamos al restaurante, por dentro era de paredes mármol y cristales, el suelo era como un espejo, y del techo colgaban lámparas doradas, había sillas azules junto a mesas plateadas. Cuando nos sentaron en la mesa número 15, Dani volvió a acomodarse encima mía, Rod le hizo ojitos, pero no recibió respuesta de ella, al igual que con sus cosquillas o caras vergonzosas, eso si, ella no dejaba de abrazarme por el cuello.
R:No sé que le pasará. -Empecé a notar preocupación en su rostro.-
D:Tranquilo, Rod. -Pues estaba un poco calentita, pero nada del otro mundo.-
R:Gracias, Dom.Cuando se nos acercó el camarero, Rod tan solo pidió una botella de agua para Dani, yo me pedí una copa de vino al igual que él, y comenzamos a hablar hasta que nos trajeron la comida, Dani tan solo comió un trocito de pollo y una lechuga partida en trocitos, Rod no paraba de insistirle en que comiera, aunque no lloraba igual se negaba moviendo de un lado a otro su cabeza.
D:Rod, no creo que Dani esté muy bien.
R:Ya sé, justo hoy, mi princesa. -Le acarició su mejilla.Cuando llegamos a casa, Dani otra vez venía sollozando, Rod trataba de hablarle pero ella se negaba, al final estábamos en la cocina dándole su medicamento. Estaba mejor cuando a la hora y media se quedó dormida otra vez, Rod y yo la mirábamos juntos desde la puerta.
R:Por fin. -Se tiró en su cama.-
D:No digas así, Rod, tu hija está mal.
R:Mañana es el cumpleaños de su madre, ¿sabes? -Me sorprendió su cambio de tema tan repentino, me sonrió antes de recolocarse.
D:Oh. -No sabía que decirle.- Yo..
R:Sigo amando a esa mujer, es la madre de mi hija, podríamos haber tenido muchos hijos más, tener una relación más sana de la que teníamos, que no todo se basara en follar y celos, sino en una familia. -Lo sé, es muy incómodo que me diga esto, ahora mismo.
D:Ya, bueno, tal vez era lo que tenia que pasar y Dios solo hace las cosas por algo.
R:Aja, ¿por eso me quitó al amor de mi vida ?
D:No sé, Rod.Me miró mal antes de levantarse y dirigirse a la cocina, ¿por que ese cambio tan repentino? Si antes estábamos muy bien. Me acosté en la cama y me acurruqué antes de quedarme dormida. Me desperté cuando escuché a Daniela llorar, me levanté y vi a Rod, cargándola y tratando de tranquilizarla.
R:Dios mío, hija.
D:¿Le volvió la fiebre? -Me apoyé en el marco de la puerta.
R:Si, no sé que hacer.Y una vez más, entre los dos logramos tranquilizarla y que se volviera a dormir, nos sentamos en la sala a ver una película antes de cenar, cuando la última comida del día terminamos, nos acostamos y dormimos, de una manera que nunca habíamos dormido, el de espalda había mi, así que las únicas vistas que tenía eran las de sus músculos tensos. Sentía todavía su respiración normal, cuando me cansé y le miré en medio de la oscuridad.
D:¿Rod?
R:¿Dime? -Seguía de espaldas.
D:¿He dicho o hecho algo malo? -Esa idea empezaba a comerme la cabeza.
R:¿Que? Claro que no, Dome. -Se giró hacia mi.
D:Y..¿Estas bien? -Noté sus ojos en los míos.
R:Si, tan solo, es un día especial, mañana me refiero, y me duele que sea así.
D:Lo sé, Rod. -Le acaricié la mejilla, antes de que él ocultara su cara en mi cuello.
R:Te quiero, Dom. -Las palabras de antes vinieron a mi cabeza, rápidamente.
D:Yo también, Rod.Nos dormimos abrazados.
Escuché cosas retumbar en el suelo mientras me duchaba. Cuando salí, me puse una camiseta largas de Rod con un panty y mi pelo húmedo.
D:¿Que es ese ruido?
R:Nada me sale bien, ya se me han quemado tres.- Si, Rod se había levantado demasiado tenso por el día que era hoy, pero también quería que fuera un día más, normal. Estaba intentando hacer pancakes pero al parecer..
D:Rod, tienes el fuego muy alto, obviamente se te hará más rápido y se quemará con facilidad.
R:Lo ves, lo hago todo mal.
D:A ver. -Agarré todos los útiles de la cocina y comencé a hacerlo todo mientras él ayudaba con cosas simples, al final se fue a despertar a Dani, que ya había mejorado bastante.
R:Ya está aquí la princesa. -Dani traía una sonrisa de oreja a oreja.
Dn:Mamiiiiii
D:Princesita, ¿como amaneciste?
Dn:Bien.Al final desayunamos todos junto y nos sentamos a ver la televisión, Rod parecía tener la mirada perdida cuando lo miré.
D:¿Estas bien? -Le puse una mano en el hombro.
R:Si, estoy bien. -Me dio una pequeña sonrisa triste.
D:He estado pensando. -Lo miré de reojo.- Si quieres, te acompaño a visitarla. -Si, le estaba proponiendo ir a visitar en el panteón a su difunta mujer.
R:¿A visitarla? -Apareció un brillo en sus ojos.
D:Si, al panteón.
R:Esta bien, pero me acompañas. -¿Que? Yo no quería eso, bueno no tengo problema, pero..
D:¿Yo? No sé, eh, Rod.
R:O sino, no voy.
D:Vale.Íbamos de camino al panteón, con un ramo de flores balances en mi mano y Dani llevaba una sola rosa blanca. En todo el camino noté a Rod nervioso y tenso, Dani llevaba un vestido blanco, al igual que yo.
Cuando llegamos, Rod se bajó y bajó a Daniela, yo me quedaría esperando dentro.
R:¿Vienes? -Me ofreció su mano.
D:¿Yo? NO.
R:Dale, Dom, no pasa nada.
D:Es algo muy íntimo, Rod.
R:Ven..Cinco minutos después me convenció y bajé junto a él, que ya estaba hablándole a su lugar, le colocó las flores al unísono que Dani puso la suya, junto al nombre de Sofía.
Cuando subimos de nuevo al auto, Rod me dio un suave pero profundo beso.
R:Gracias, Dom.