Aʟᴡᴀʏs ᴛʜᴇ ғᴏᴏʟ-Alice in Borderland

Capitulo V

El único sonido que se alcanzaba a percibir eran de los coches de la ciudad,en aquel callejón de los barrios más solitarios de la ciudad de Tokyo,hasta que las pisadas de unos zapatos escolares parecían adentrarse a poco en este callejón, solo se veía la sombra reflejada de un chico tembloroso, con los ojos tan rojos apenas distinguidos,como si fuego tuviese dentro de ellos. Sus puños apretados y su mirada que parecía tener filo en ella,capaz de atravesar a cualquiera, su respiración tan agitada como si hubiera corrido un maratón y ese piercing, sería imposible no notarlo. Así parecía un auténtico toro para rodeo, la misma ira que se reflejaba en todo su ser se podría notar a simple vista. La lluvia caía de lo más alto del cielo y retachaba con su plácido cuerpo, y se podría jurar que hasta el agua ardía de tan solo tocar a su ser.
—Me dijieron que tenías algo que podria ayudarme.
—¿Eres al menos mayor de edad,niño? ...

El menor saco rápidamente un fajo de dinero, su mano temblaba y al momento de sacar el dinero este se llenó de agua casi al instante. Habían Sido ahorros de casi 8 semanas sin almorzar, se supone que serian para sus calmantes, pero en ataques como estos una postura consiente era imposible de encontrar en el.

—Es muy poco, pero viéndote bien se lo que bien necesitas. Crystal, si...
—Lo que sea está bien,realmente, solo dámelo, rápido!

El hombre mayor saco una bolsa con una sustancia desconocida hasta ahora por el chico y se la entrego, como si tan solo fuera una bolsa de dulces,como si no fuera nada, como si no lo hubiera llevado aún más a la perdición, aún si no lo notará ni el mismo, pero físicamente era demasiado fácil de notar.

“La playa”

“Felicidades,lograste completar el juego, el número de días en tu visa a ascendido a 4”

Me acerque como ya era costumbre a la mesa blanca dónde ya se posaba la carta,y la tome con delicadeza para verla, un 3 de diamantes. Había estado jugando otros 2 juegos seguidos desde "tocado", aunque no pude conseguir la carta de estos últimos dos, ya tenía otra carta más contando esta, no sabía ni para que las tenía pero por alguna razón las conservaba y está vez logré apresurarme para ser el primero en tomarla. Mi ropa estaba tan sucia y nisiquiera me tomé la molestia de cambiarla,esto se que a varios podría desagradar a más no poder y puede decir tantas cosas malas sobre mi pero no me culpen, en estos momentos no le veo importancia a eso solo puedo ver cómo poco a poco me voy quedando sin provisiones y cada vez aparecen más heridas que antes, me dije a mi mismo que hoy no jugaría, que debería de descansar y intentar curar mis heridas aunque nunca logré centrar mi atención durante la clase de primeros auxilios, estoy seguro de que alguna que otra herida probablemente yo misma la allá infectado, pero se cómo soy,y necesito estar cerca de personas para no caer terriblemente en la locura y bueno ya era de esperarse que jugué. Con la carta ya guardada en mis bolsillos junto con las otras 2 avanzaba por una calle en busca de dónde había dejado la bicicleta que había encontrado en alguna tienda cercana. Ya estaba en el lugar en el que recordaba haberla dejado, estoy más que seguro que ahí es donde la había dejado pero no estaba. Escuché un ruido detrás de un contenedor cerca de el lugar donde estaba, me puse en sentido de defensa y cerré mis puños para ir en busca de dónde provenía el sonido pero algo golpeó con fuerza en mi cabeza, cayendo al suelo casi al instante, inconsciente.

......

—Venga ya! ¡Quitenle la bolsa,no queremos dar una mala impresión chicos!

Empeze a abrir de par en par mis ojos al sentír cómo mi cabeza era de una manera descubierta y siendo casi obligado a que mis ojos tuvieran que irse acostumbrando de poco a poco a la luz del día, que entraba notoriamente a la habitación, era una especie de habitación rara con un gran ventanal que dejaba una gran vista hacia el mar, habían ya varias personas en el lugar que me miraban fijamente, algunas traían armas y estaban dispuestos a tomarlas en cualquier momento,otras solamente vigilaban a que no intentará desatarme y alguans pocas nisiquiera se tomaban el tiempo de mirarme,ya que estaba atado a una silla.