Capítulo 8

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2 años y 3 meses a la intemperie

El invierno pasó, los animales volvieron, llegó la primavera, luego el verano, el otoño, un frío invierno otra vez y aún seguimos sin una pista de nada. En el momento que decidí aceptar mi realidad, jamás imaginé que sería tan cruel

De camino encontramos un lago que parece estar limpio. Hicimos una parada y decidimos tomar un baño. Limpio el polvo del metal de mis ropajes, me los coloco nuevamente y escurro mi cabello

—Pasaremos la noche aquí, ponte cómodo—aviso a Alessandro que está comiendo todavía su parte del conejo que trajo

Después de anochecer decido hacer la guardia de segunda ya que Ale insistió en que no tenía ganas de dormir todavía. Me acurruco contra una piedra y me duermo al momento

Oscuridad, no veo nada, pero no estoy sola, lo se

«Contrólalos...»
«Tú tienes el poder...»

Esa voz...la misma voz desgarradora que escuché hace cinco años cuando los Cretus asesinaron a mi familia

«Acéptame. No tienes opción»

¿Aceptar? No sé por qué lo hice, pero en un intento desesperado por ayuda...

–Te acepto

—¡Ah!—grito despertando por un fuerte dolor de cabeza quedando sentada sobre el pasto, Alessandro viene corriendo hacia donde estoy

—¿Ali? ¿Que sucede? ¿Ali...son? Tus ojos...tienen... Tienes venas azules saliendo de tus ojos y llegan hasta tus mejillas

No puedo entender lo que dice, me duele mucho la cabeza, siento que se encoge lenta y dolorosamente...

—¡Ahhh!—desgarro otro grito

Observo sin poder hacer nada que Alessandro se mueve desesperado sin saber que hacer. Puedo ver cómo el agua del lago comienza a moverse y va emergiendo de ella un...Cretus, no puede ser ¡Un jodido cangrejo de casi tres metros!

—¡Joder, se supone que no salen en la noche!—grita Ale sin saber si dejarme para ir a luchar o quedarse a mi lado

Cuando siento que ya no puedo aguantar más el dolor el suelo comienza a temblar y el Cretus viene hacia nosotros

«El es inferior...no le temas»
«Conviértelo en tu sirviente, me deshonras...»

Dice la voz causante de todo. Ale hace ademán de ir hacia el Cretus a luchar pero se detiene al ver que me levanto. «El» me controla, mi cuerpo no me pertenece en estos momentos. Camino hacia el cangrejo gigante y el se detiene cuando llego a donde está. Extiendo mi mano hacia el, la coloco sobre una de sus patas y cierro los ojos, la criatura intenta atacarme

«Obedéceme»

El Cretus se estremece por un segundo y se detiene. El suelo deja de temblar y el dolor de mi cabeza desaparece, pierdo el equilibrio y caigo sobre mis rodillas en el suelo. El cangrejo me levanta por mi capa y me deja encima de él, quedando de frente a mi hermano que viene hacia nosotros, atónito

—¿Que. Fue. Eso?—le sonrio sin ganas para tranquilizarlo—¿Y porqué carajos a mí no me sube?—dijo con el ceño fruncido, me encojo de hombros y se sube con ayuda de dos pequeñas cuchillas

«Llévala con los humanos»

Comenzamos a movernos

—Ali, las venas azules siguen ahí—Ale apunta hacia mi rostro

—¿El que?

—Las venas azules, en tu cara. Debajo de tus ojos—dice tocándose repetidamente los pómulos

El Secreto De Alison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora