Capítulo 10

1 2 0
                                    


Al salir el Cretus nos está esperando fuera, justo como lo dejamos. Volver a nuestro hogar no me hace ilusión y nos tomará posiblemente lo que queda de año, todo sea por encontrar algo que nos ayude

—Volver a casa...—murmura mi hermano, apoyo mi mano sobre su hombro

—Se que será duro, pero debemos encontrar la manera de acabar con esto

***

—Llevamos 8 meses viajando ya y todavía no llegamos—Se queja Alessandro por enésima vez

—Puedes cerrar la boca ¿Sabes?—digo irritada

—¡Tengo hasta el puto culo entumecido de estar tanto tiempo sentado encima de esta criatura apestosa!

—¡Joder Alessandro, que llevas cada día de los malditos 8 meses recordándomelo! ¿Que prefieres? ¿Caminar? ¡Mira el camino! ¡No estamos lejos! Ya hemos pasado por aquí antes ¿Cres que yo no estoy cansada? ¡Casi tres malditos años viajando sin encontrar nada! ¡Yo también desearía que nada de esto estuviera pasando! ¡Ojalá y nunca hubieran experimentado conmigo e implantado está responsabilidad en mi sangre! ¡Todo lo que consideraba mi familia murió por mi causa y casi te pierdo en medio de una tormenta de invierno! ¿No puedes pensar en mí por un momento? ¿Quien más que yo podría querer una vida normal, aunque no fuera en la superficie? 

El solo me mira sorprendido y baja su mirada

—Lo siento ¿vale?—me vuelve a mirar

—Vale

***

—¡Hemos llegado!—le digo a Alessandro mientras lo sacudo para despertarlo

—Que lástima, estaba preparado para pasar 10 meses más con el trasero entumecido

Pongo los ojos en blanco y nos dirigimos hacia nuestro hogar. No me tengo que girar para saber que el crustáceo se ha marchado

—Dime que tienes la tarjeta que abre la puerta—Pregunta mi hermano

Yo saco la tarjeta de entre mis pechos y el me mira con una mueca

—Haré como que no ví nada

—Mejor—comienzo a caminar hacia el elevador

—Pero ¿Por qué la guardas ahí?—apunta a mis senos

—Calla—digo entrando al elevador

El suelta una risita por lo bajo pero no dice nada más, porque en eso las puertas se abren dejando ver el interior de nuestra antigua casa. Todo está como lo dejamos, ninguno dice nada, un sentimiento de angustia se apodera de mi, camino en dirección a la sala y paso mi mano por el sofá

—Ve a tomar un baño y descansar, yo tengo que hacer algo antes—Dije despeinándolo el cabello

Hace lo que le dije y yo rápidamente voy hacia el laboratorio. Al llegar veo la puerta de la que hablaba el oráculo, pero está cerrada con candado. Tomo mi arco que tenía en la espalda y apunto con una flecha hacia el candado pero no logro romperlo. Siento algo que vibra en el bolsillo de mi falda, resulta ser la brújula, y apunta hacia la puerta. La pego a ella y el candado desaparece cayendo la brújula en mis manos. Camino dentro y me encuentro con un espacio mucho más grande que la casa completa, hay unas cuantas filas de cápsulas con algo dentro y me acerco para ver

La brújula resbala de mis manos y yo me quedo de piedra cuando creo identificar lo que hay en las cápsulas

No...

Me acerco más, esperando haber visto mal, pero mi respiración se detiene cuando estoy completamente segura de lo que hay en esas cápsulas

Son bebés

El Secreto De Alison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora