Capítulo 9

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Fui corriendo hasta la habitación de Alessandro pero me detuve frente a la puerta cuando una idea pasó por mi mente. Levanté la vista no muy segura y vi a Haldis que se acercaba. Probablemente también había oído los quejidos

—No hay nadie más aquí ¿Verdad?—Pregunté nerviosa

Ella frunció el seño y luego negó rápidamente

—No, claro que no

—Bien

Tomé la manija y abrí la puerta. Alessandro estaba acostado y tapado con varias mantas, parecía estar dormido y teniendo pesadillas, me acerqué a él y pude notar la fina capa de sudor que brillaba en su frente, tenía una mueca de dolor mientras maldecía dormido y se retorcía

—¿¡Que le sucede!?—Pregunté desesperada a Haldis

Ella me apartó para acercarse a mi hermano y le quitó las mantas. Entonces pude ver cómo hacía presión con una de sus manos en su brazo, y su brazo tenía un horrible color azul

—¿Que es...eso?—Pregunté con algo de temor

—Son los efectos secundarios de tu sangre

Dijo y sentí una punzada de culpabilidad. Ella salió a buscar unas medicinas las cuales luego le dió a Alessandro para que se calmara, y así fue, aunque yo me quedé toda la noche vigilandolo

Apenas amaneció, Haldis nos dió lo necesario para el mantenimiento de las armas, proviciones, y materiales para hacer nuevas flechas

—Tomen—dice Haldis entrando en la habitación, con algo en la mano, lo deja sobre la cama delante de mi, es como una pequeña brújula—Esto los llevará con el oráculo

—Gracias por todo, partiremos en la noche—aviso

—Como deseen—se marcha dejándonos solos

—Todo esto es muy raro—Ale toma la brújula en sus manos y no puedo evitar fijarme en su mano aún azul. Haldis dijo que sería permanente, pero que dejaría de doler una vez que dejara de darle mi sangre

—Lo se, lo se. Pero es una oportunidad, esta señora sabe quién es el oráculo, sabía nuestros nombres y quiénes somos ¿Que otra explicación habría? ¡Por fin, después de dos años andando sin encontrar nada, tenemos una pista!

—Tienes razón—deja la brújula donde estaba

—Ten todo listo para la noche

***

—Nos vamos, gracias por todo otra vez—digo a la anciana mientras comenzamos a subir las escaleras para salir

—Es mi deber—asiente y subimos

Una vez fuera, comenzamos a caminar en la dirección que apunta el pequeño aparato. De pronto recuerdo como pude controlar un Cretus y nos trajo hasta aquí

—Espera—me detengo, cierro mis ojos y me concentro

Hey tú, se que me escuchas, llama al crustáceo gigante

«No lo hagas»

«No vayas ...»

¿De que hablas? ¿Que no vaya? ¿Que qui...?

El suelo comienza a temblar, justo como la otra vez

«Ven...»

No pasaron ni quince segundos, cuando el crustáceo ya estaba frente a nosotros

—Vamos

—¡Increíble!—exclama Ale mientras me sigue, ambos nos subimos en el Cretus

—Llévanos hacia el oeste

***

Llevamos dos meses viajando. A veces hacemos paradas para comer, o para beber de algún lago que no esté todavía contaminado

Hoy en la mañana mientras afilaba el arma de Alessandro llegamos a la entrada de lo que parecía una antigua ciudad. Ruinas de edificios cubiertas de hierbas, moho y hongos, árboles por todos lados, y lo que alguna vez fueron las calles ahora no son más que suelo con raíces gigantes y restos de autos cubiertos de enredaderas. Seguimos avanzando hasta que la brújula se detiene apuntando hacia una casa en específico, asiento mirando a Alessandro y ambos nos bajamos del Cretus, no sin antes decir

—Espera aquí, no importa cuanto tiempo pase

¿La razón? Creo que es más fácil viajar en él. Nos adentramos en la casa, todas las señales apuntan a que fue abandonada hace más de un siglo como mínimo, la madera del suelo cruje a medida que avanzamos, los hongos, hierba y moho se extienden por todos lados y el olor a humedad es insoportable. Buscamos por todos lados pero no hay nada, me quedo viendo la brújula pero no funciona, la flecha se mueve hacia todos lados

—¡Alison aquí!—me dirijo hacia Ale, está agachado frente a una pequeña puerta en el suelo

—Ábrela, te ayudo—me agacho y la abrimos entre los dos, bajamos las escaleras

—Esto me da mala espina—me susurra Ale

Esta habitación no se parece a la de antes, la luz de las velas alumbran el lugar y hay collares y campanillas de aire colgando del techo. En las paredes hay cráneos de animales, hay un sofá y dos sillones de piel y una puerta abierta al final de un pasillo pero no hay luz ahí

—Bienvenidos—dice una voz masculina que se escucha demasiado antigua

—¿Eres el oráculo?—Alessandro avanza hacia la puerta

—Detente, tomen asiento—ambos nos sentamos en los sillones de piel—Si pequeño, soy el oráculo. Están aquí por respuestas y se las daré

—Bien ¿Que es lo que tengo que hacer para salvar la humanidad?—voy directo al grano

—Debes extinguir a los Cretus

—¿¡Que!? ¡Eso es imposible!

—No lo es, eres inmortal

Un silencio incómodo reinó mientras Ale me miraba de la misma forma que yo miraba hacia la nada, petrificada

—¿Que?¿Por qué mis padres no me dijeron?—pregunto atónita

—Porque ellos no sabían todos los efectos que podía provocar en ti la sangre del primer Cretus

—¿El primer Cretus?

—Si, tienes en ti la sangre del primer Cretus. El creador de todos los demás, ese es el por qué de lo efectiva y poderosa que es ¿Oyes una voz en tu mente verdad?—asiento todavía en shock—Es su voz, era el único capaz de comunicarse

—¿Es...todo?

—Lo es

—Mas de dos años viajando y esto es todo lo que obtengo ¡Cada vez quedan menos personas en el mundo! ¿¡Acaso no hay otra manera de salvar el mundo!? ¡Me tomará millones de años extinguir a los Cretus! ¡Cuando lo logre ya no quedarán humanos!

—Lo siento, así son las cosas, deberían marcharse ya—ambos nos levantamos

Mi cabeza es un desastre pero cuando vamos a subir las escaleras su voz vuelve a llamarme

—Espera, Alison—me doy la vuelta hacia el oráculo—Lanza la brújula

Hago rodar la brújula por el suelo hacia él y segundos luego repite mi acción y recojo la brújula junto a mis pies

—Vuelve a tu hogar, entra en la puerta cerrada al final del laboratorio de tus padres y te daré las verdaderas respuestas

El Secreto De Alison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora