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Los espíritus zorro y los demonios tenían miedo de los relámpagos y los truenos. Eran criaturas cuyas energías eran yin por naturaleza y eso les daba una pésima compatibilidad con los rayos.

Esa fue una lección temprana que Luo binghe aprendió porque él quería saber si el zorro que había salvado estaría a salvo.

Eso le explicó mucho.

Como, por ejemplo, la razón por la cual su maestro siempre elegía cultivar en aislamiento cada vez que una tormenta llegaba, yendo tan lejos como para decirle a Luo Binghe que no le hiciera comidas hasta que él mismo abriera la puerta.

Él soñaba con el día en que su Shizun confiara en él lo suficiente para contarle, para dejarlo entrar a su gran secreto porque sabía que Luo Binghe era alguien digno de su confianza.

Pero, por ahora, su Shizun no le dijo nada al respecto, así que él tampoco lo hizo.

Se aseguró de mantener un suministro de bulbos de lirio secos que usó en congee y semillas de jujube, zhimu, y fuling para el té (con miel para endulzar). Preparándolos cada vez que las tormentas parecían estar disminuyendo y manteniéndolos a la temperatura óptima hasta que su Shizun saliera de nuevo antes de colocarlo todos en una bandeja y llevarlos.

La primera vez que él había hecho eso, su maestro había comido todo sin dudarlo, como si fuera simplemente otra comida.

Le tomó varias veces preguntar al respecto.

Luo Binghe solo había agachado su cabeza y comentó que era para calmar los nervios y relajar el espíritu.

"Shizun debe estar exhausto después de cultivarse en reclusión, esto es lo que al menos este discípulo puede hacer."

Esta explicación había sido aceptada con una cálida sonrisa que hizo que el corazón del discípulo se acelerara y que su rostro se sonrojara.

Se sentía mal por mentirle a su maestro, pero sería peor admitir que sabía un secreto que su Shizun estaba tratando de guardar.

***

Había muchas costumbres humanas que Shen Qingqiu solo había leído acerca de ellas. Así que mientras las conocía el primer año, muchas de esas celebraciones lo habían tomado por sorpresa.
Al principio era Binghe quien siempre recordaba, quien siempre se preparaba para esas cosas, pasando todo el día haciendo planificaciones mientras Shen Qingqiu se rompía la cabeza para saber qué festival era ese día. Por una vez, el vasto conocimiento de sus prácticas de varias naciones a lo largo de la historia hizo que su vida fuera más complicada que fácil.

Ahora, cuatro años después, Shen Qingqiu le gustaba pensar que había mejorado en ello. Al menos, era capaz de hacer su parte para prepararse para el Festival del Medio Otoño en lugar de quedarse boquiabierto cuando un delicioso olor lo sacaba de su habitación, descubriera que Binghe había movido la mesa de la cena hacia el patio y que la había llenado con un pequeño banquete.

Recordó haber pensado:

"¡¿Cómo se supone que vamos a comer todo esto por nuestra cuenta?!"

Binghe todavía no le permitía entrar a la cocina en esos días —de hecho, su discípulo siempre miraba hacia abajo ofendido cuando Shen Qingqiu le preguntaba si necesitaba ayuda; quizá no estaba al nivel de Binghe, pero aún podía cocinar, ¿de acuerdo?—, sin embargo, mientras estaba ocupado en el tipo de recetas que requerían todo el día para preparar, no podía evitar que Shen Qingqiu hiciera otras cosas para ayudar. Por eso Shen Qingqiu estaba ocupado colgando las coloridas linternas que había comprado en la ciudad alrededor del patio y poniendo la mesa.

El Maestro Zorro |𝐀𝐔 𝐁𝐈𝐍𝐐𝐈𝐔|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora