Capitulo 23

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— He pensado— interrumpió Bel mientras entraba en la cocina directa a la cafetera, ya que desconocía si había algún tipo de infusión, las chicas que estaban abrazadas se separaron— Que, ya que estamos en Charleston una de las ciudades más históricas de carolina del Sur, podemos hacer turismo— miró a Edith sonriente— me dijiste que querías ser profesora de historia, ¿por qué no nos haces de guía?

Echo pareció ponerse nerviosa, en plan adolescente enloquecida por haberse cruzado con Justin Bieber:

— Oh sí me gustaría— fue hasta la puerta— me voy a duchar y a vestir

Lauren sonrió y miró algo emocionada a Bel, señaló hacia la puerta:

— ¿ves? A ti se te dan mejor estas cosas

Bel agarró de la mano a Lauren y se dirigieron a la mesa para sentarse. Después de agitar el café con una cucharilla de moca, la rubia se atrevió a decir algo que le estaba rondando en la cabeza, pues si, pensaba en todo lo que le contaba Lauren y le ayudaba a sacar sus propias conclusiones:

— Tengo la sensación de que cuando robaste comida no era para ti

Jauregui o mejor dicho Jaureguier, manoseó su taza de café, lo suficientemente frío como para no terminar de bebérselo, pareció perder su mirada, como si empezara a sumergirse en los recuerdos de su pasado:

— No era para mí, si habíamos conseguido o si Edith había sobrevivido el primer año es porque supe suministrar bien el dinero que tenía mi hermano ahorrado, Nora hacía todo lo posible por trabajar de sol a sol, pero las facturas de los hospitales la estaban ahogando, la renta, incluso había días que hasta para nosotras escaseaba los alimentos, por eso no me fui como me dijo mi hermano ¿Qué iba hacer con una cría que ni siquiera sabía cuidar? Así que, lo dejé y lo guardé todo para sus gastos, hasta que un día nos robaron, el dinero que ganaba Nora no era suficiente y yo no tenía estudios ni tampoco quería dejar a la niña con nadie, porque no había dinero para pagar una niñera, Caroline de vez en cuando me dejaba al cuidado de sus hijos y sacaba lo poco que podía pagarme la mujer, pero al igual que la mayoría de ese vecindario no siempre tenía la suerte de trabajar. Juro que hice todo lo posible por no cometer los mismos errores que mi madre, que Edith nunca tuviera que lidiar con el cargo de conciencia de que yo fuera una ladrona, aunque fuera de comida— sonrió con ironía— se conoce que robar productos para bebé estaba más vigilado y me atreví hacerlo sola, también no tenía ese descaro que mi madre, mientras Nora decía "lo hacemos por necesidad, va para los pobres" yo no dejaba de pensar, estoy robando y no es lo mío. Así que sí, me pillaron con las manos en la masa, sobre todo porque un cartón de papilla no pasa tan desapercibido y en aquel supermercado le daba igual si robabas un potito o una botella de Ron, intenté disculparme y decir, por dios que no era para mí que era para una niña de dos años. Les dio igual y llamaron a la policía, todo por lo que me avergonzaba de Nora cuando era chica, en esos momentos me avergonzaba de mí misma, acabaría en la cárcel de eso estaba segura y dejaría a Edith sola con Nora — Volvió a sonreír— entonces aquel adolescente tan amable recién iniciado a la carrera universitaria que conocí año y medio, volvió a cruzarse en mi camino, uno de los jóvenes en sacarse la abogacía muy rápido, lo cierto es que seguía ejerciendo de ayudante, solo que con más privilegios. Johan fue mi abogado de oficio y consiguió que retiraran la denuncia ¿Cómo? Pagando la papilla a un precio demasiado elevado. "El dinero no lo arregla todo" decía "pero facilita muchas cosas" le estaba muy agradecida y él insistió en seguir viéndome, viéndonos a toda la familia y vi la oportunidad, la oportunidad de estudiar, de dejar esa vida de extrema pobreza él me ofreció su ayuda y yo la acepté, muchos pensarán que fui un mal bicho aprovechada— rio entre dientes— algo de aprovechada fui, pero esa decisión, esa decisión me impulsó ser alguien en la vida, ganar el suficiente dinero para enviárselo a Nora mes a mes y que Edith tuviera educación, quizás el error fue no traerme a Edith conmigo, pero emocionalmente Edith me sigue pudiendo, tengo treinta y un años, ¿Cómo mirarle a los ojos y decirle? apenas te saco el doble de edad, las razones por las que te mantuve alejada es porque no se me da bien ser madre y entonces querría preguntar ¿Quién es mi padre? O diría justo lo mismo que me ha dicho hoy, "que nunca la quise" si, no, cuando era joven muchas veces la culpaba a ella y luego culpaba al verdadero monstruo que era él. Así que sí, robé en un intento desesperado de que no pasara hambre y fui el mal bicho que se aprovechó de Johan, no salió tan mal ¿no? Es buena, inteligente, tiene un gran futuro...

Lo Que Oculta La Máscara 2: Save My Life - Juliantina G!p (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora