capítulo 4-Sagrado juramento

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Cuando salimos del cine, Ethan nos llevó a casa a Jason y a mi, en el coche la tensión se podía cortar con un cuchillo, por lo menos la de Ethan y mía, porque los otros dos se habían llevado muy bien por lo visto, Sarah y mi hermano estaban riéndose en la parte de atrás, mientras comentaban cosas de la peli, mire de reojo a Ethan, tenía la vista fija en la carretera, parecía pensativo, me aclare la garganta y eso pareció llamar su atención porque me miró.

-¿Estás enfadada?-preguntó volviendo su atención a la carretera.

-No, ¿Por?

-Porque evitas mi mirada a toda costa.

-No estoy enfadada, estoy pensativa.

-¿Y en que piensas tanto?

En tu preciosa cara pero no es nada.

Conciencia porfavor.

Sorry baby.

-En nada y en todo a la vez.-respondí, el rarito de los ojos verdes me miró dedicándome una sonrisa.

...

Estaba terminando mi rutina diaria de ejercicio matutino, cuando mi móvil empezó a vibrar. Era un número que no tenía guardado, y yo no tenía mucha vida social así que sería alguien de una compañía de teléfono o para venderme algo, como siempre.

-Mira si eres de alguna compañía de algo, y me estáis llamando para venderme alguna cosa solo quiero deciros que...

-A no ser que te llamen muchos pesados de esos, me parece muy mal contestarle así el teléfono a tu futura cuñada.-¿Sarah?

-¿Que?... ¿Que?, Lo siento, es que son muy pesados, espera un momento, acabas de decir ¿futura cuñada?-pregunté extrañada.

-claro, dado que Ethan no deja de hablar de ti y tu no dejas de mirarle como si fuera un caramelito que quieres comerte, he pensado que debería empezar a llamarte cuñada.-respondió ella tan normal.

-Oye yo no miro a tu hermano cómo si quisiera comérmelo.

Si lo haces.

Esto no va contigo.

-A demás como has conseguido mi número?

-A eso es fácil, simplemente se lo pedí ayer a tu hermano, por cierto, ¿está soltero?- Vale estaba claro que Sarah y mi hermano eran tal para cual, eran igualitos.

-Si..., ¿Por qué me has llamado?, Digo es que no soy una persona muy interesante.

-Acabo de llegar a este pueblo en el cual no conozco a nadie, y me gustaría tener una amiga, con la que hablar sobre chicos, pintarme las uñas mientras nos reímos por cualquier tontería, y que sobre todo que sea de mi edad. Y creo que tú podrías cumplir todos esos requisitos.-explico ella, se le notaba bastante emocionada por la propuesta.

-Nunca he tenido una amiga con la que hubiera hecho eso alguna vez.

-Guay, así puedo ser la primera, ¿Eres patinadora verdad?

-Si, ¿por?

-Te espero en una hora en la pista de patinaje.

-¿Tu también patinas?

-No, pero siempre me han gustado ver a las patinadoras dar esos saltos y sus giros, Ali, te puedo llamar Ali, bueno da igual, no llegues tarde, eh.

-vale- me reí.

-Bueno Ali, ¡EY, NO QUE HACES CON TU VIDA, TONTO DEL BOTE DE QUE VAS, EYY, NO DEJAME EN PAZ! ¡QUIERES MORIR, PUES DEVUELVEME EL TELÉFONO, ETHAN, TE MATO DE VERDAD QUE TE MATO, MAMAAAAAAAA!!!!!!-Tuve que separarme el móvil de la oreja si no me quería quedar sorda, volví a llevarlo a mi oreja cuando escuche un sonido.

Amor De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora