capítulo 8-Tenemos que hablar

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Ethan

Bueno, ya estaba hecho. Ya no hay vuelta atrás. Una cita, no suena nada mal. 

Voy a eliminar los mensajes. 

Ni se te ocurra.  

Escúchame, desde que pise por primera vez la casa de Alisha estas en mi cabeza, me tienes harto. 

Te aguantas y me soportas. 

Derrotado fui a por mi móvil el cual había sufrido una pequeñita caída al haber salido disparado por los aires. En mi defensa diré que me puse muy nervioso y no sabia lo que hacia. Cuando recogí el móvil del suelo me di cuenta de un pequeño detalle. 

Ella había contestado.  

Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip.

El corazón me dejo de latir, las manos me empezaron a temblar y me costaba respirar. Y es debido a dos cosas. Una porque me había contestado y dos, porque su contestación que solamente estaba formada por dos simples palabras, había sido, redoble de tambores... ''Está bien''. 

Me deje caer en la cama, con el móvil encima del pecho. El corazón me iba mil por hora. Esto es imposible, ¿Acaso lo he soñado? volví a revisar la conversación para ver si era verdad y no unas estúpidas alucinaciones de mi querido cerebro. Efectivamente, no lo había soñado. Una sonrisa se dibujo en mi cara. Por fin. Había conseguido una cita con la chica que llevaba robándome cada pensamiento de mi cabeza en este último mes. 

Mire su foto de perfil, salía ella con sus hermanos, los tres sonreían, pero yo solo tenia ojos para la castaña, sus ojos azules me parecían preciosos, podías sentir como una profundidad en su mirada difícil de explicar, si estabas nervioso o muy alterado, una mirada a esos preciosos ojos y todo tu mundo se relajaba. Por no hablar de sus pecas, preciosas, y bueno su sonrisa, cuando me sonreía, un millón de mariposas se ponían a revoletear en mi estomago. Toda ella era preciosa. 

Aún no entiendo como un simple mortal a podido conseguir una cita, con la chica más impresionante, lista, genial y hermosa de este mundo. 

Unos golpes suaves en la puerta, me sacaron de mi viaje a través de esos preciosos ojos azules. 

-Adelante- dije sentado en la cama.

-Hijo, tenemos que hablar.-Mi padre entro a la habitación cerrando la puerta y se sentó a mi lado. No sabría decir si esta enfadado -que es bastante probable-, o si simplemente quiere informarme de algo importante, la cuestión es, que cuando el abogado Morgan entra a una conversación con las palabras, tenemos que hablar, no puede significar nada bueno.

-Si, claro, dime, ¿Qué pasa? -Pregunté nervioso, me retorcía los dedos. No es la primera vez que mi padre me dice que tenemos que hablar, pero es que la ultima vez que lo hizo, acabamos mudándonos a la otra punta del país.

-Mira, tu madre y yo hemos estado hablando, y bueno, sabes que en Londres las cosas con ella ya no iban muy bien.-Me empieza a explicar, creo que se por donde van los tiros de esta conversación. Y no me gustan nada, Un tic nervioso empieza en mi pierna.-Y bueno, hemos pensado, que lo más sano y necesario ahora mismo, es que nos demos un tiempo.-Termino él, con una calma impresionante, como si no le importara. Y es eso una de las razones por lo que le detesto tanto. No tiene sentimientos ni los conoce. 

-¿Un tiempo?-Pregunté con un nudo en la garganta. 

-Bueno, un tiempo hasta que nos lleguen los papeles del divorcio...

-Espera, ¿has dicho divorcio?- dije levantándome de la cama, no soportaba estar a su lado. 

-Ethan Morgan, a mi no me interrumpas mientras estoy hablando.-Me regaño poniéndose de pie también, Ahora si que parecía enfadado. - Discúlpate ahora mismo.

Amor De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora