Promesa || ChanSoo [Terminada]

III

Kyungsoo termino de tomar las últimas fotografías del paisaje con su cámara polaroid, después de todo no todos los días se escapaba de su casa para irse a las montañas rocosas con su novio.

A su familia no le agradaba la idea de que era homosexual, y mucho menos que saliera con un chico que pretendía ser músico en el futuro para ganarse la vida. Eso era como golpear el orgullo de sus padres con un bate de acero múltiples veces.

A él poco le importaba, después de todo ya era mayor de edad. Solo estaba terminando de ahorrar lo suficiente para irse a vivir con él mayor a un pequeño departamento.

—Soosie... — Chanyeol le abrazo por la espalda, beso su mejilla y aspiro el aroma de su cabello castaño. —Te ves adorable.

—Oh vamos, no me digas así.

Kyungsoo sonrió, le encantaba molestar a su sensible novio y a este le fascinaba decirle cursilerías en todos lados.

—Entra ya a la cabaña, está haciendo mucho frio cariño. Luego se te pone la nariz fría como la de un perrito. — Chanyeol levantó sin mucho esfuerzo al menor, llevándolo casi a rastras a la pequeña casa de madera.

—Eres un tonto, ¿sabes? Yo también sé caminar. — Kyungsoo se zafo de los brazos de Chanyeol dejando la cámara sobre una de las mesas del lugar. - ¿Tus padres saben que estas aquí... Conmigo?

Los padres de Kyungsoo no eran los únicos que se interponían, los de Chanyeol parecían ser peor. A veces llegando a la violencia, momentos como esos eran los que empujaban al menor a esforzarse el triple en su trabajo, era cuestión de vida o muerte conseguir un lugar para los dos.

No tenía que ser algo demasiado grande, con una habitación, baño y cocina se conformaba. El problema es que debían irse del pueblo, la gran ciudad parecía ser una mejor opción. Menos personas cerradas de mente, cerca de la universidad y con un futuro prometedor. Pero la parte negativa es que requerían de mayores ingresos para hacer tremendo viaje.

—Soosie... — Por fin respondió Chanyeol quién se atrevió a tomar entre sus manos el rostro de Kyungsoo. —No me interesa lo que ellos piensen, yo te amo y te elijo por encima de todo. Estaremos juntos hasta que nuestras pieles se vuelvan tan arrugadas como una pasa.

—¿Me amarás, aunque este gordo, arrugado y con pocas ganas de moverme? — Chanyeol sonrió, beso la frente de su novio y le volvió a mirar fijamente.

—Incluso así siempre te amaré.

Kyungsoo se sentía satisfecho con la respuesta, era mucho más de lo que podría pedir. Pasar toda una vida junto a Chanyeol, el hombre más amable, sensible, puro y divertido que se ha cruzado en su camino.

Así de esa forma pasaron increíbles horas llenas de abrazos, besos, caricias y nuevas promesas de amor. Porque Chanyeol existía para hacer feliz a su bajito novio, y Kyungsoo existía para complementar a su torpe gigante.

En la mañana siguiente el menor de los dos se despertó temprano, con su cuerpo un poco adolorido por los cariños de su novio la noche anterior y al contrario de estar enojado se encontraba feliz.

Estiro su cuerpo sobre el colchón y luego de unos cuantos intentos de recobrar el sueño decidió levantarse y observar el amanecer por la venta. Tenía una sonrisa natural en el rostro, pero la felicidad fue reemplazada rápidamente por un fuerte dolor en el pecho, un terrible presentimiento negativo.

Miró por encima de su hombro al alto aún dormir de manera desorganizada en la cama, su mano se colocó sobre su propio pecho y suspiro.

—Calma corazón, nada malo va a pasar... Chanyeol está aquí.